Caminar e innovar
Iba a celebrar la Misa con un grupo comunitario que se reúne todos los meses, un equipo de televisión de Canal + me estaba esperando para una entrevista. Rematada ésta, entablamos conversación con los jóvenes cámaras.
"Si ejercemos esta profesión, no es una casualidad. Yo no podría hacer un trabajo donde sepa de antemano todo lo que va a ocurrir, donde todo esté programado. De este modo, no sé donde estaré mañana, a donde iré no con quien voy a trabajar. Si te instalas, estás fastidiado. Hago mi camino y procuro vivir.".
Al oír estas palabras me sentí admirado. Decía
para mí: "Qué afortunados estos chicos por
pensar así, por vivir así. Tienen libertad para
acoger la novedad, ¡para caminar innovando! Viven sin protegerse."
Ecumenismo de base
Uno tras otro, me invitan a tres suburbios en dificultades: Neuehof (Estrasburgo), Schaerbeeck (Bruselas) y Bagatelle (Toulouse).
Mosbah, de la asociación "Mosaïque", quería que sucediese al imán de Marsella para presentar el cristianismo. Hasán, de la regidoría de la Juventud de Schaerbeeck, quería que hablase junto a un rabino y un imán sobre "los derechos humanos en las diversas confesiones religiosas". En cuanto a Hafid, de la Casa de barrio de Bagatelle, desearía mi presencia y mi participación junto a Sara Alexander, cantante Israelí, y de Magyd Cherfi (del grupo Zebda)".
En cada ocasión, estos encuentros se revelan apasionantes.
De ello saco la convicción de que el diálogo interreligioso
pasa por los rostros, en un clima de tolerancia. Es imposible
no ver que, en la base, existe un ecumenismo espontáneo
que es parte de la vida !y goza de buena salud!
Cinco años después
Se celebraba una manifestación bajo las ventanas de la Nunciatura, en París, para exigir justicia por lo que había ocurrido en Évreux en enero de 1995.
Yo había previsto, y se entenderá fácilmente, llegar tarde, conformándome con una discreta aparición. Apenas salía de la estación de Metro, oí los bongos y cantos africanos que por fuerza tenían que oírse en los salones estucados de la Nunciatura donde recibían a la delegación.
Saludé a los manifestantes llegados de Bélgica y diferentes ciudades de Francia, sin olvidar a los mauritanos, los malineses y los numerosos senegaleses .
Me conmovió ver como los musulmanes venían a defender a un católico. ¡Los sin papeles, cuya situación es tan precaria, osaron pedir justicia para un hombre de Iglesia!
Estos africanos, tiesos de frío, querían estar
presentes, poniendo de manifiesto sus lazos con Partenia y dando
testimonio de una fraternidad sin fronteras. Bajo sus ventanas,
el Nuncio podía ver y comprender que, gracias a los sin
papeles, el futuro será solidario.
Jefe de redacción por un día
El periódico "L'Humanité", diario comunista, me hizo esta propuesta para el día de Nochebuena. !Qué ocasión tan hermosa para comunicarme! Los responsables del periódico pensaban que su elección era valiente. Pero se dieron cuenta de que no era nada meritoria. Cuando un diario tiene voluntad de apertura, ?por qué temer a un invitado que intenta ser abierto?
Thomas, de la redacción, vino a buscarme al aeropuerto de Roissy. Al llegar a Saint-Denis a los locales donde se fabrica "L'Huma", me doy una vuelta por los diversos servicios para saludar a cada uno y cada una. A las 10h00, conferencia de redacción para la elaboración del periódico. Balance de la actualidad que está más bien sombría. Solicito que pongan el énfasis en el anuncio de alto al fuego en Córcega, es una esperanza para esta Nochebuena, y que no olviden hablar de lo que más me afecta: los sin papeles. A lo largo del día, me traen artículos en fase de redacción, fax y telegramas de las agencias de prensa.
¡Tener libertad para hablar es un auténtico placer! !No me privo! Así que reacciono sobre los acontecimientos de Córcega, la marea negra, la doble condena, los sin papeles, las inundaciones en Venezuela... Es de noche cuando me despido de los locales. Iba yo meditando: ¡Lo que no era posible en los periódicos y revistas católicas, se hizo realidad en un diario comunista!