Cuaderno de bitácora Noviembre 1997


Hijos de Harkis
Bibliographie Archivo

 










E-mail

Hijos de Harkis


En la explanada de Los Inválidos en Paris, siete jóvenes están en huelga del hambre. Quienes son? Hijos de Harkis, miembros de las milicias auxiliares que el ejército francés había reclutado en Argelia para ayudarle a mantener el orden en un país del que nadie se atrevía a decir que estaba en guerra.

Los Harkis repatriados en Francia después de la independencia de Argelia fueron apartados en cuarteles.

Francia los ha convertido en auxiliares del ejército francés y no ejerció con ellos ninguno de los dos deberes inscritos en las banderas de la Legión Extranjera: "honor y fidelidad".

Doblemente excluidos de su tierra natal donde se les acusa de haber colaborado con el enemigo y del país de acogida que les había enrolado en su bando, los harkis son una generación perdida y sacrificada. Al margen de lo que se pueda pensar de su actitud, sus hijos están excluidos desde hace más de treinta años de la sociedad francesa. Estos jóvenes, desesperados, están llevando a cabo esta huelga de hambre para luchar contra esta situación de injusticia. Estoy de su parte.

 

Con los detenidos

 

Pasé el día en una cárcel Central, invitado por jóvenes reclusos. Están condenados a largas penas. Larguísimas penas. Me impresiono al escucharles en este centro de alta seguridad. Uno de ellos me dice: "Cuando mi mujer viene a hablarme al locutorio, no tengo derecho a tener relaciones sexuales con ella. Está prohibido. Bajo pena de castigo con aislamiento. En cambio si voy a la enfermería para pedir un preservativo para tener relaciones homosexuales, me lo dan. Pasan de todo. No hay ningún problema. Todo está al revés. Reclamamos locutorios para la intimidad". Sólo puedo suscribir y voy a asociarme con la campaña organizada por el Observatorio Internacional de las Prisiones (OIP) para que sea reconocido el derecho a la intimidad de los detenidos.

 

Las mujeres y la liturgia

 

En 1961, participaba en una celebración dominical en Austria. Fue antes del Concilio Vaticano II. No hubo concelebración. Misa de espaldas al pueblo, en latín. Sin mujeres en el coro. 36 años más tarde, en 1997, me encuentro en aquella misma región de Austria para la celebración dominical. Una mujer proclama el Evangelio. Otra hace la homilía. Ambas están en el altar con los sacerdotes e intervienen en la plegaria eucarística. Otras mujeres dan la comunión y bendicen la frente de los niños pequeños que no comulgan. La asamblea, muy participativa me parece estar al unísono.

No podía evitar hacer una comparación entre las dos celebraciones. Cuántos cambios en las mentalidades y en la práctica! Lo que ocurre en el corazón de la liturgia es signo de los cambios acaecidos en la vida de la Iglesia. medimos todo su alcance?



Jacques Gaillot

 

 

 









E-mail

Archivo: