Cuaderno de bitácora de Enero 1999

Tener un techo

En el Palacio de Justicia- con los vascos

Visto desde abajo- en la mesa

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El funeral de Bruno

En el Palacio de Justicia- con los kurdos

Visto desde abajo- en el Ayuntamiento

Partenia en cifras














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TENER UN TECHO
 
En el centro de París, un teatro vacío desde hace ocho años es ocupado rápidamente por unas 200 personas con problemas de vivienda o sin techo. A los niños les encanta estar allí y jugar con los decorados. Una joven madre, con su bebé en brazos, me cuenta sus desgracias: su marido lleva 18 meses en la cárcel y todavía no ha sido juzgado: su otro hijo está en la guardería. Mañana por la mañana la directora del hogar de acogida donde vive la va a poner en la calle, con motivo de una pelea. No sabe a donde ir.
Tras ocupar los locales durante tres horas, se propaga un rumor: Las fuerzas del orden van a evacuarnos. Como es costumbre, todo el mundo se sienta en el suelo para manifestar su actitud no violenta. La policía ocupa sus puestos. La tensión sube, coreamos: "policía en todas partes, justicia por ninguna parte", "un techo es un derecho", "quien siembra la miseria, cosecha la ira".
Me invitan a salir con un niño de la mano. La joven madre me pide que bendiga a su bebé. ¡Mientras las familias vuelven otra vez a la calle, se celebra el 50º aniversario de la declaración universal de los derechos humanos!
 

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EL FUNERAL DE BRUNO
 
Bruno murió de Sida. Joven militante del Comité de los sin techo, todo el mundo le quería. La catedral de Nanterre estaba llena de gente de los sin: los sin trabajo, los sin techo, los sin papeles. !No es frecuente que la gente del atrio tome la catedral y tome allí la palabra! Cada cual deposita, emocionado, su vela junto al féretro.
Recuerdo mi último encuentro con Bruno en el hospital. Las enfermeras me dejaron a solas con él. Sujeto su mano mientras se dispone a pasar a la otra orilla. Ahora, sus ojos ya se han cerrado a la luz de este mundo. Le hablo, o más bien le hablo a Dios de Bruno.
En la catedral, al proclamar el Evangelio del Sermón de la Montaña, tengo la sensación de que muchos lo oyen por primera vez y descubren la belleza y la profundidad de las bienaventuranzas. "Bienaventurados los hambrientos los sedientos de justicia porque serán saciados". ?Cómo no recordar a Bruno que no soportaba la injusticia?
A pesar del frío y de la lluvia, todos van al cementerio. Cada cual tira una rosa a aquél que luchó por el derecho de los demás.
 

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EN EL PALACIO DE JUSTICIA - con los vascos
 
El juicio de los presos vascos da comienzo. La sala del tribunal está de bote en bote. Algunos vascos viajaron toda la noche en autocar para estar aquí. Estoy en medio de ellos. Hay mucha policía. Me alegra volver a ver a una mujer vasca que regenta un restaurante en Bayona. Sus hijos están con ella. Su marido, detenido en la cárcel de Fleuris Mérogis aparece en el banquillo de los acusados. Ella también podría ir a la cárcel, lo cual sería una catástrofe para su familia, los niños, el restaurante... Escribí al Presidente del Tribunal dándole estas razones. Con sorpresa, hace constar mi carta y la lee. Un cura vasco viene a declarar. Defiende con pasión la causa del pueblo vasco.
La sala prorrumpe en aplausos. Al abandonar el Palacio de Justicia, nos vamos al barrio latino para reponer fuerzas con un buen cuscús. Ya se hace tarde cuando los vascos emprenden, con valentía, el retorno hacia su lejano país.
 

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EN EL PALACIO DE JUSTICIA - con los kurdos
 
Otra vez en la misma sala. ¡Pero esta vez toca juzgar a 17 kurdos detenidos desde hace más de tres años! Eran 18 pero uno de ellos se suicidó en su celda... una hora antes que el Tribunal de acusación ordenase su libertad. Tenía 28 años, estudiaba sociología y militaba en favor del reconocimiento de los derechos de los kurdos. Ya no soportaba su encarcelamiento.
Me llamaron como testigo. Los presos kurdos me miran y me escuchan con atención. Ante el Tribunal, informo de mis múltiples viajes a Kurdistan, explico mi presencia en el Tribunal de Ankara con ocasión de un juicio a presos políticos. Intento relatar la desgracie del pueblo kurdo expulsado de sus pueblos, de sus tierras, víctima de la represión militar desde hace ya 14 años. Juzgamos a estos jóvenes kurdos sin pensar en su pueblo asesinado y por el que ellos pelean.
 

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VISTO DESDE ABAJO - En la mesa
 
Murad, un joven argelino, es invitado a comer conmigo en casa de una familia. Está sin papeles y sin trabajo. Como muchos, malvive y lucha por sobrevivir. Tomamos asiento alrededor de la mesa. Después de un primer plato de verduras, la madre de la familia trae una bandeja de carne guisada con patatas. Sirve abundantemente a Murad. Murad toma unos bocados y separa un poco el plato. Uno de los niños, que no aparta la vista de él, le dice: "?No te gusta?" -"Claro que sí" contesta amablemente Murad, aparentemente molesto. "Está muy bueno" El niño insiste: "Pero si no hemos terminado, aún falta el postre." La madre le anima: "Coma, no va a hacerle daño. Si está usted muy flaco." Murad se esfuerza sin éxito. Interviene entonces el padre: "?No se encuentra bien?" -"Sí estoy muy bien pero perdí la costumbre de hacer una comida. Como un poquito a lo largo del día, para matar el hambre, fumo un cigarrillo. Hace tanto tiempo que no tomo una comida de verdad"
Mirar la sociedad con la mirada de la gente de abajo no es habitual, es una iluminación completamente distinta. Adquirir esta mirada desde abajo sobre el mundo es algo valioso. ?Acaso Jesús, modelado por Nazaret, no miró desde abajo el misterio de Dios?
 

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VISTO DESDE ABAJO - En el Ayuntamiento
 
Abdalá me pide que sea su testigo de boda. Tuve la alegría de apadrinarlo el 14 de julio en la plaza de la Bastilla, en medio de la multitud. Está sin papeles. Su compañera es francesa. Me encuentro con ambos en el vestíbulo de la entrada del Ayuntamiento. Abdalá parece preocupado. Su mirada se detiene en todos los que pasan. Para aligerar la espera fuma un cigarrillo.
Por fin llega el momento de entrar en la gran sala de bodas. !Delante del representante del alcalde sólo somos cuatro! La ceremonia se termina en un santiamén, sin ningún calor. Afortunadamente, ya instalados en el café de enfrente, las lenguas se espabilan y reaparece la alegría "?Qué es lo que no iba bien hace un rato, antes de tu boda?". Abdalá me da una respuesta cargada de sentido: "Pensaba que la policía vendría a detenerme. En mi cabeza tengo miedo, vaya donde vaya. Nunca estoy seguro. Me imaginaba que la policía estaba enterada del lugar y de la hora de mi boda. !Era fácil detenerme!"
!Ya va siendo hora de que paren de detener a los que se aman!


Jacques Gaillot

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Partenia en cifras, año 1997

Total mensual de páginas publicadas en el WEB durante el año pasado: 175

Total de las páginas presentadas en siete idiomas en el WEB durante el año pasado: 63'875

Total de los visitantes durante el año pasado: 92'000

Súbida de los visitantes durante el año pasado: 22'000

Promedio mensual de los visitantes: 7'660

Total de e-mails recibidos por el Obispo Jacques Gaillot durante el año pasado: 2'300

Total de e-mails recibidos por el Webmaster durante el año pasado: 346

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