En el palacio de justicia
- En los Tribunales de París se inició el juicio de un
skinhead acusado del asesinato de Brahim, un joven marroquí,
ahogado en las aguas gélidas del Sena.
- Con él comparecían tres jóvenes skins acusados de "falta de asistencia a persona en peligro".
- Esta tragedia ocurrió al margen de una manifestación del Front National, el 1 de mayo de 1995.
- Me encuentro mezclado con la multitud que llena la gran sala del Palacio de justicia. Me acerco a saludar a la compañera de Brahim, sentada en primera fila. Ella me había visitado tras este drama odioso. Tenemos amistad.
- Con él comparecían tres jóvenes skins acusados de "falta de asistencia a persona en peligro".
Los jóvenes skins escucharon los discursos del Front National. Los pusieron en práctica. Empapados de palabras racistas, no dudaron en realizar los gestos que matan. Las consignas xenófobas nunca son inocentes, siempre terminan por encontrar a sus víctimas.
Coincidiendo con la celebración del centenario de la Liga de los Derechos Humanos en Francia, este juicio pondrá en evidencia, así lo espero, los peligros que un partido de extrema derecha le hace correr a la sociedad.
Una velada para el Tibet - Con unos amigos budistas y un joven lama, evocamos con emoción la huelga de hambre que están llevando a cabo seis tibetanos en India. Son seis, para simbolizar a sus seis millones de compatriotas víctimas de la represión china.
- Uno de los "seis" acaba de autoinmolarse por el fuego. Es
el grito de desesperación de un pueblo que no cesa de resistir desde
1959.
- Muchos tibetanos siguen tomando el camino del exilio. Al precio de esfuerzos heroicos, se arriesgan a cruzar la frontera para llegar a campamentos, en India y en Nepal. Sus condiciones de vida son precarias.
- Afortunadamente, numerosos apadrinamientos les brindan a los niños la oportunidad de ir a la escuela, a los monjes de proseguir sus estudios, a la gente mayor la de sobrevivir. A todos les permiten conservar su dignidad.
- Muchos tibetanos siguen tomando el camino del exilio. Al precio de esfuerzos heroicos, se arriesgan a cruzar la frontera para llegar a campamentos, en India y en Nepal. Sus condiciones de vida son precarias.
