Cuaderno de bitácora de Septiembre 1999 |
Partenia en cifras | |||
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Díálogos de carmelitas En el jardín de la colegiata de Bollene (cerca de Aviñón), participaba yo en un debate acerca de los temas abordados por Georges Bernanos en sus Diálogos de carmelitas. Me hallaba bajo el encanto de estos lugares. Por qué Bollene? Porque 32 religiosas fueron condenadas y ejecutadas allí en 1793 por la Comisión popular de Orange. Ocurrió durante el período de la Revolución llamado "Terror". Las carmelitas de las que habla Bernanos compartieron la misma suerte. Volví a leer con suma admiración el Diálogo de carmelitas. La anciana priora está muriéndose. Esta mujer destacable, de probado carácter, se encuentra desamparada y angustiada ante la muerte. Su muerte no se parece a su vida. A la inversa, la joven y última novicia que ha acogido, se muestra frágil y llena de temores. El menor obstáculo la hace huir. Pero, en el último momento, se sobrepondrá a sus miedos y se reunirá con sus hermanas en el patíbulo. Tampoco su muerte se parecerá a su vida. Todo transcurre como si la muerte dramática de la priora hubiese permitido la muerte heroica de la novicia. Comunión de los santos. Alquimia de la gracia.
Televisión en Berlín
Universidad de Granada
En mis intervenciones yo subrayaba que el futuro estaba en los márgenes, la marginalidad se convierte en lo central. Encuentro en Baviera
Abadía de Mondaye (Normandía) Fue un día de fiesta para todos los que habían venido a asistir a la bendición del nuevo Abad de Prémontrés. Nos habíamos conocido en el servicio militar. Desde entonces, los lazos de amistad nunca han dejado de existir. Me sentía feliz por estar allí junto a él. La sobria belleza de la liturgia se desplegaba ante nuestros ojos, impregnando con suavidad nuestros corazones y nuestros espíritus. En el momento en que el nuevo Abad recibía el encargo de todos sus hermanos, yo recordaba la célebre plegaria de un Abad cisterciense para sus monjes. Se trata de Alfredo de Rievaulx. En su plegaria se dirigía a Jesús el Buen Pastor. No pedía nada para él sino todo para sus monjes. "Señor, tú conoces mi corazón: todo lo que me has dado a mí tu servidor, quiero dárselo sin reservas y emplearlo íntegramente para ellos. Quiero por encima de todo gastarme a mí mismo, con todo mi corazón, para ellos. Así sea, Señor! Mis sentimientos y conversaciones, mis quehaceres y descansos, mis pensamientos y acciones, mis éxitos y fracasos, mi vida y mi muerte. la salud y la enfermedad, todo lo que soy, lo que vivo, lo que siento, lo que entiendo, que todo eso les sea dado, a ellos para quienes tú mismo no has desdeñado darte... Tú sabes, dulce Señor, cuánto les quiero y que mi corazón está entregado a ellos, y que suya es toda mi ternura. Tú sabes, Señor que no les gobierno con espíritu riguroso ni de dominación, que deseo serles útil en la caridad más que dominarles, que la humildad me lleva a someterme a ellos y el afecto a ser como uno más entre ellos". | |
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Partenia en cifras, año 1998
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