UN CURA EN UN CONTENEDOR
- Alessandro Santoro, cura de 32 años, me lleva a visitar Piagge,
barrio desfavorecido de Florencia. Me pone en contacto con la comunidad
de base.
- Alessandro llega al corazón de las gentes. Por dondequiera que pase, los rostros se iluminan. Como un buen pastor, se entrega con todo su tiempo y todo su corazón a aquellos que la sociedad deja a un lado. De momento no se preocupa por ser nombrado párroco, ni por construir una iglesia. La urgencia está en otra parte.
- La visita al barrio culmina con el encuentro con los gitanos. Rechazados por todo el mundo, encontraron refugio debajo de la autopista. Incluso allí les acosa la policía.
- Los gitanos se reúnen, felices de acogernos. Sentado en una silla de fortuna, tengo ante mí unos niños maravillosos que me miran a la cara con ojos traviesos. Hace sol. Qué bien estamos juntos!
- Alessandro dejó su piso para dejárselo a un joven padre y su hija. Y él se fue a vivir a un contenedor.
- Junto con la comunidad de base, denuncia el escándalo de 15 000 viviendas vacías en Florencia, mientras que las familias no consiguen viviendas dignas.
- El cardenal de Florencia, que me recibió en su palacio, prestigioso pero sin vida, vino a visitar a Alessandro a su modesto cobertizo.
- Alessandro llega al corazón de las gentes. Por dondequiera que pase, los rostros se iluminan. Como un buen pastor, se entrega con todo su tiempo y todo su corazón a aquellos que la sociedad deja a un lado. De momento no se preocupa por ser nombrado párroco, ni por construir una iglesia. La urgencia está en otra parte.
Tal vez, como yo, se haya preguntado: "La Iglesia no es tal sin los pobres; pero llegará a ser algún día la Iglesia de los pobres?"
