La celebración del Newroz
Todos los 21 de marzo, la fiesta del Newroz es la ocasión
para millones de curdos (en cualquier parte del mundo donde se
encentren) de afirmar su existencia y rechazar todo intento de
asimilación forzosa. Conmemora el nacimiento del pueblo
curdo y la conciencia de su cultura cuyos orígenes se
remontan a antes de la era cristiana, en una región que
fue la cuna de la humanidad.
Esta fiesta entrecortada por cantos y danzas colectivas que
acompañan los instrumentos tradicionales, constituye un
hito de resistencia y la afirmación de la existencia del
pueblo curdo.
El gobierno turco, a pesar de haber enviado el ejército
y cerrado el Curdistan a los extranjeros, nunca pudo impedir
que los curdos festejasen el Newroz. En este año 2000,
la celebración revestía un carácter especial:
por vez primera, se celebraba en un Curdistan de Turquía
que había conseguido municipios del HADEP (partido pro
curdo) en las elecciones del 18 de abril de 1999, en la mayoría
de las grandes ciudades.
La fiesta estaba organizada en Diyarbakir, ciudad histórica
con murallas famosas, poblada hoy con 1 millón y medio
de habitantes sumando a los refugiados de la montaña expulsados
por el ejército.
La corporación municipal ha querido que Newroz fuese
la expresión del reconocimiento del pueblo curdo, con
la participación internacional de artistas, intelectuales
y personalidades de la cultura. Fue un éxito a todas luces.
Una multitud inmensa, evaluada en unas 200. 000 personas, mayoritariamente
jóvenes, manifestaba su alegría y cantaba a la
paz.
Yo formaba parte de la delegación francesa que tenía
que ir a Diyarbakir. En mis viajes anteriores no había
tenido nunca la posibilidad de llegar hasta Diyarbakir. Una vez
más, padecimos el fastidio de un régimen que mantiene
barreras y controles del ejército y de la policía,
que practica una estricta vigilancia por zonas en la ciudad de
Diyarbakir. Han hecho de todo para que no llegásemos después
de la fiesta. No estábamos en la multitud desbordante
de alegría, pero formábamos parte de ella. ¿Acaso
no era esto lo esencial?
A pesar del encarcelamiento y las amenazas de muerte que pesan
sobre Ocalan, el PKK lanzó una llamada para el cese de
la lucha armada y la apertura al diálogo, para una sociedad
de paz y de democracia. Los curdos desean profundamente la paz
y su participación en igualdad de derechos con los turcos,
para construir una Turquía moderna y democrática.
Por primera vez, sentí que una frágil esperanza
de paz había nacido. |