Carta de Jacques Gaillot del 1 de Mayo de 2000

La celebración del Newroz
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La celebración del Newroz

Todos los 21 de marzo, la fiesta del Newroz es la ocasión para millones de curdos (en cualquier parte del mundo donde se encentren) de afirmar su existencia y rechazar todo intento de asimilación forzosa. Conmemora el nacimiento del pueblo curdo y la conciencia de su cultura cuyos orígenes se remontan a antes de la era cristiana, en una región que fue la cuna de la humanidad.

Esta fiesta entrecortada por cantos y danzas colectivas que acompañan los instrumentos tradicionales, constituye un hito de resistencia y la afirmación de la existencia del pueblo curdo.

El gobierno turco, a pesar de haber enviado el ejército y cerrado el Curdistan a los extranjeros, nunca pudo impedir que los curdos festejasen el Newroz. En este año 2000, la celebración revestía un carácter especial: por vez primera, se celebraba en un Curdistan de Turquía que había conseguido municipios del HADEP (partido pro curdo) en las elecciones del 18 de abril de 1999, en la mayoría de las grandes ciudades.

La fiesta estaba organizada en Diyarbakir, ciudad histórica con murallas famosas, poblada hoy con 1 millón y medio de habitantes sumando a los refugiados de la montaña expulsados por el ejército.

La corporación municipal ha querido que Newroz fuese la expresión del reconocimiento del pueblo curdo, con la participación internacional de artistas, intelectuales y personalidades de la cultura. Fue un éxito a todas luces. Una multitud inmensa, evaluada en unas 200. 000 personas, mayoritariamente jóvenes, manifestaba su alegría y cantaba a la paz.

Yo formaba parte de la delegación francesa que tenía que ir a Diyarbakir. En mis viajes anteriores no había tenido nunca la posibilidad de llegar hasta Diyarbakir. Una vez más, padecimos el fastidio de un régimen que mantiene barreras y controles del ejército y de la policía, que practica una estricta vigilancia por zonas en la ciudad de Diyarbakir. Han hecho de todo para que no llegásemos después de la fiesta. No estábamos en la multitud desbordante de alegría, pero formábamos parte de ella. ¿Acaso no era esto lo esencial?

A pesar del encarcelamiento y las amenazas de muerte que pesan sobre Ocalan, el PKK lanzó una llamada para el cese de la lucha armada y la apertura al diálogo, para una sociedad de paz y de democracia. Los curdos desean profundamente la paz y su participación en igualdad de derechos con los turcos, para construir una Turquía moderna y democrática.

Por primera vez, sentí que una frágil esperanza de paz había nacido.

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