Polémica en Alemania
Me han invitado a Alemania y allí fui testigo de la consternación de los católicos con los que me encontré, como consecuencia de la intervención romana sobre los centros de consulta.
La Iglesia católica es responsable de unos 270 de ellos. Ofrecen entrevistas previas a cualquier interrupción de embarazo despenalizada. La Iglesia asume un servicio de acogida y de acompañamiento de mujeres en dificultad, incluso desesperadas. Un servicio a la sociedad, reconocido y apreciado por el estado, así como lo es, por otra parte el de la Iglesia protestante.
La Iglesia católica calcula que una de cada cuatro mujeres vuelve sobre su decisión de abortar y que alrededor de 5 000 vidas son salvadas al año. Pero si las mujeres, tras la entrevista, no quieren cambiar de opinión y deciden abortar, estos centros les entregan un certificado necesario para la interrupción del embarazo. Aquí es donde el Vaticano interviene para llamarle la atención al Episcopado: no se debe entregar un certificado legal.
Ya algunos obispos, como el de Colonia y de Fulda, han decidido obedecer a Roma y cerrar sus centros. Otros católicos han tomado la decisión de abandonar su Iglesia dejando de pagar impuestos. Pero muchos obispos, con su presidente a la cabeza, aguantan y quieren que el mismo papa les escuche.
?Por qué no confiar en la Iglesia católica de Alemania? Tiene la capacidad de conocer y de apreciar las situaciones humanas de la población.
Si la Iglesia católica tuviera que cerrar los centros, se quedaría fuera de juego. Posicionándose por encima de la contienda, quedaría desacreditada ante la opinión al querer salvar los principios y mantener las manos puras.
La Iglesia que quiere defender la vida sólo puede estar "con", humildemente mezclada con la vida de su pueblo. Cumple con su papel cuando se presta a socorrer a mujeres en apuros. Realiza su misión cuando se pone al servicio desinteresado de las mujeres, para salvar vidas.
Mientras tanto, la polémica está servida. El diario "Le Monde" del 04-10-99 cierra su editorial dedicado a este asunto con estas palabras: "!Qué destrago!".
