Catecismo electrónico de Diciembre 1997



Dogma La aventura de la fidelidad

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Hace seis meses, iniciábamos este "catecismo electrónico". Os presentábamos nuestros textos como provisorios, con el propósito de mejorarlos con vosotros, por medio de vuestras reacciones.

Muchos dicen haber apreciado nuestro trabajo. Pero pocos (demasiados pocos) han enviado comentarios de fondo.

Afortunadamente dos páginas no han dejado de suscitar reservas. Reunidos en sesión, nuestro equipo de trabajo ha analizado vuestro correo, profundizando el proyecto y reelaborando estos dos textos. Os los enviamos hoy. Gracias por hacernos llegar vuestras críticas y vuestras sugerencias. Son esenciales para que este "catecismo" sea cosa de todos nosotros. No dudéis en sugerirnos temas.


Jacques Gaillot



El responsable del grupo del catecismo


Jean-Pierre Bagot

 


 

Dogma










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Cuando los cristianos quisieron hablar de su experiencia religiosa, entre ellos o con la gente de su entorno, comenzaron por relatar su descubrimiento de Jesus centrando su relato en su muerte y su resurreccion, mas adelante incluyeron sus palabras y gestos. Esta narracion tambien era una llamada a la conversion.

Mas tarde, redactaron textos gracias a los cuales todos los creyentes podrian confesar una misma fe (los llamados simbolos). Pero un simbolo puede ser entendido de muy diversas maneras. De ahi la necesidad de precisar de forma intelectual lo que se quiere decir, con definiciones que expresan el dogma. Esa palabra define la regla de fe que el grupo religioso hace suyo despues de haberlo debatido.

Puesto que las definiciones dogmaticas dan respuestas a cuestiones que se plantean en el marco de una cultura concreta, su leguaje es relativo. Pero serviran para siempre de punto de referencia para que la Iglesia pueda ir profundizando en la fe. Como tales puntos de referencia han sido oficializados. (declarados de fe).

Expresado en lenguaje humano, el dogma puede ser sujeto a progreso, a reformulaciones profundas. Tanto por la evolucion del significado de las palabras como por su desgaste, a lo largo del tiempo, pueden llegar a traicionar el sentido original o hacerlo incomprensible. Por tanto, hay que cuidarse de no reducir el dogma a un venerable fosil sin significado real para la vida cotidiana. Desembocariamos en el dogmatismo, actitud rigida que consiste en aplicar formulas preparadas de antemano o intemporales impuestas desde fuera pero impropias para ser insertadas en la vida de los que las escuchan; son respuestas que ya no responden a ninguna interrogacion real, que incluso sofocan las autenticas interrogantes vitales antes de que hayan podido expresarse. Serviran para confeccionar un catalogo que dejaremos en un armario esperando a tener que sacarlo para juzgar a los hereticos. De estas respuestas no se vive. Creemos conocer unas verdades, pero las verdades no se hacen. Asi solo se puede matar la interioridad.

El dogma, memoria del pasado de la comunidad, interpela a los creyentes para que lo recuperen y asi lo nuevo pueda renacer de lo viejo. Entonces si es portador de vida.

 

Escribid a Partenia: jgaillot@partenia.org

 

 

 

 

La aventura de la fidelidad










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La pareja de ancianos con la que acabo de cruzarme y que caminaba con lentitud, apoyandose mutuamente, tal vez tras largos anos de convivencia, esto es lo primero que evoca la fidelidad. La fidelidad es el don de la confianza: la confianza ofrecida a los demas y la que esperamos de ellos. Pero tambien es fidelidad a uno mismo, a los valores que viven en nuestro interior y para los cuales estamos dispuestos a entregar lo mejor de nosotros mismos. Se habla sobre todo de fidelidad refiriendose a la pareja. Y es normal ya que el hecho de que dos personas compartan sus vidas constituye una de las modalidades mas intensas y comprometidas de puesta en comun en todos los aspectos. Como poder entregarse asi uno al otro sin esa confianza cimiento del amor?

Si la fidelidad es reivindicada legitimamente como imprescindible para la existencia y la profundizacion de la pareja Acaso no deberia estar presente en todas las relaciones humanas? Y como, por otra parte, valorizarla entre conyugues si es desconocida y maltratada en la amistad o en las relaciones familiares, en todos los apartados de la vida humana? Hacia donde camina nuestro mundo si se organiza sobre la base de la competencia desenfrenada, con el riesgo de perder el sentido de la confianza mutua, incluso en las relaciones mas anodinas de la vida cotidiana?

La fidelidad no es imovilismo o estancamiento. Ya en la paerja, la fidelidad solo sobrevive si se profundiza, si es creativa, innovadora, atenta a lo inesperado, al acontecer. La autentica fidelidad participa de la aventura la vida, seria grave que, atrapados por los compromisos de tiempos pasados no de respondieramos a las llamadas de hoy.

Las llamadas a la fidelidad cobran un particular relieve a la luz de la fidelidad de Dios. En el compartir eucaristico nuestras fidelidades, vacilantes, son acogidas por la fidelidad de Jesús, y se nutren de su amor, confianza y esperanza.

Tal vez la fidelidad sea donde se vive mas intensamente la tension entre en ideal, el deseo de perennidad que llevamos dentro y la fragilidad de la condicion humana, donde sentimos especialmente nuestros limites; donde aprendemos a seguir vivos en medio de los cambios.

 

 

 

Escribid a Partenia: jgaillot@partenia.org

 

 

 

 

 









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