Catecismo electrónico de Mayo de 2001
		Una nueva etapa
		La Biblia a libro abierto La Epifanía: manifestación de Dios

		Una nueva etapa Ya pasaron tres años desde que un equipo se puso a trabajar para hacer un "catecismo de otra manera". Se trataba de reflexionar sobre cuestiones relacionadas con nuestra vida y la cuestión del sentido. La intención de partida era hacerle eco a Jesús en nuestras situaciones presentes. ¿Jesús no provocó un inmenso eco en los y las que se unieron a él? Nos reunimos cada mes, sometiendo nuestro trabajo a la apreciación de los otros. Mejoramos y nos enriquecimos gracias al diálogo y a la confrontación. Poco a poco, encontramos nuestro ritmo de trabajo y hoy podemos dar testimonio de que esta experiencia nos ha dejado una huella importante. Muchos de vosotros nos han dicho lo mucho que les habían beneficiado los textos del catecismo y que los habían utilizado. Esperábamos que este trabajo fuese interactivo; pero lo fue escasamente. Hoy, deseamos pasar a una nueva etapa proponiendo una lectura actualizada de los textos bíblicos. ¡Constatamos con alegría que pequeñas comunidades actualizan y rejuvenecen con acierto los textos evangélicos! Vosotros también, aportadnos vuestras lecturas del Evangelio, nutridas con vuestras experiencias y vuestra fe. Jacques Gaillot

		La Biblia a libro abierto    La Epifanía: manifestación de Dios En París, cuando se habla de manifestación, casi siempre se piensa en los hombres y mujeres que bajan a la calle. Salen de sus casas para gritar y protestar. Es el único medio que les queda muchas veces para que oigan sus voces.   Jesús, el Verbo de Dios, vino a estar con los suyos. Salió. Vino afuera, a la calle, para gritarle el amor de Dios a la humanidad. No viene a que le oigan sólo en los templos, las iglesias, las sinagogas o las mezquitas. Viene para todos, sin excepciones. Se manifiesta fuera de los muros.   Mientras compartíamos el evangelio de la Epifanía "en el interior de los muros", yo contaba mi encuentro con un huelguista del hambre que se había instalado en una tienda de campaña en la calle, cerca de donde nos encontrábamos. Mis amigos habían pasado por su lado sin verle. Ese hombre en esta fiesta de la Epifanía nos daba a comprender el sentido de la manifestación de Dios. Viene en medio de nosotros "fuera de los muros", en su sencillez, sin nada que se imponga a nuestras miradas, para gritarnos que todos y todas somos amados de Dios de una manera increíble.