|
|
Incidente violento racista en El Ejido
|
|
Con una pequeña delegación, nos fuimos a entregar
un premio de derechos humanos de 10 000 F. Suizos a la asociación
"Mujeres Progresistas" de El Ejido en Andalucía.
La zona de El Ejido se ha vuelto muy rica desde que se ha especializado
en la producción intensiva de frutas y verduras en 300
000 hectáreas de invernaderos. Un mar de plástico
se extiende por el horizonte. Decenas de miles de africanos,
la mayoría marroquíes, trabajan allí en
condiciones penosas. ¡Se pasan la vida debajo del plástico!
Las Mujeres progresistas tuvieron valor para defender a estos
inmigrantes en la revuelta de febrero de este año. A pesar
de las amenazas que recibían y el saqueo de su local,
no dejaron de dar muestras de un valor fuera de lo común,
en un clima de odio racial.
La caza del "moro" de febrero ha destrozado viviendas,
cafeterías, tiendas marroquíes, y dos mezquitas.
Hubo unos sesenta heridos y varios centenares no tenían
donde vivir. España sufrió un shock. Nombraron
una comisión internacional de investigación, yo
leí su informe descorazonador.
Mientras tanto, 59 inmigrantes entraban en su 12º día
de huelga del hambre. Encerrados en el sótano de la iglesia
de San José en Almería. Les hablé a través
de los tragaluces. La policía que custodiaba el local
me impidió entrar ¡lo cual movilizó a la
prensa! |
|
|
|
|
|
|
|
|
En Austria
|
|
Volver a Linz me impresiona por el período oscuro de
su historia. No se puede olvidar su papel durante la segunda
guerra mundial. Las fábricas trabajaban a pleno rendimiento
para fabricar el armamento de los nazis. Miles de presos italianos
y franceses tuvieron que trabajar allí. La ciudad fue
el objetivo de numerosos bombardeos aliados.
El obispo de Linz me acogió y me recibió en el
obispado con muchas muestras de amistad. Me habló de la
oposición sucitadata entre los cristianos conservadores
con motivo de mi llegada. Intervinieron ante el Nuncio. Pero
el obispo, valiente, ha resistido.
Hubo encuentros hermosos. Recuerdo especialmente el de los jóvenes
del conocido instituyo Petrinum. Muy conectados con internet,
me han enseñado sus sitios y los proyectos que mantienen
con países de América latina , en especial uno
con Nicaragua. |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
En Roma
|
En el avión que me lleva rumbo a Roma, me abordan unos
pasajeros: "¿Va a ir usted mañana al jubileo
de los obispos? El nuestro ya está allí. Parece
ser que esperan a unos 1500 obispos". Para su sorpresa,
tuve que confesar mi ignorancia. Yo no sabia nada de aquel jubileo
del domingo. Iba a Roma para animar un retiro en el Consejo General
de los Espiritanos..
Descubrí la Casa Madre de los Espiritanos situada en el
Monte Mario. Un lugar agradable de acogida y de paso. Conocí
a sacerdotes africanos y de Madagascar. Pero pronto tuve que
abandonar Roma y trasladarme en coche a los Abruzos, para estar
apartado, en el silencio y la paz de estos lugares desérticos.
Fui sensible a la armonía que desprendía el paisaje,
a la extraña belleza de las montañas y más
aún a la búsqueda espiritual de los participantes
al retiro.
Daba gracias a Dios por estos hombre originarios de Nigeria,
de Angola, de Irlanda..., y también de Francia, que lo
habían dejado todo para seguir a Cristo. Llevaban en su
ser la alegría del Evangelio. |
|
|
|
|
|
|
|
|
Una cadena de solidaridad
Con motivo de la Jornada Mundial de rechazo de la miseria,
el director del colegio Saint Paul de Ajaccio, requirió
mi presencia. Los alumnos, profesores y padres estaban movilizados
desde hacía días.
Por la mañana, una gran cadena de solidaridad de 400 niños
se extendía desde el portal del colegio hasta la Prefectura
donde el Prefecto recibía a una delegación.
En el Cours Napoleón. Los jóvenes distribuían
con orgullo a los viandantes una declaración solemne.
Más tarde, hubo encuentros en diferentes aulas con un
testimonio de las asociaciones de Ajaccio. Las preguntas me parecían
más interesantes que las respuestas.. "¿La
miseria ha existido siempre? ¿Cuándo empezó?
¿Desaparecerá algún día? ¿Por
qué los ricos despilfarran en lugar de dar su dinero a
los pobres? ¿Ha habido otro obispo de los excluidos antes
que usted?..."
Una única nota discordante: El director tenía que
haberme dicho que mi venida había propiciado dificultades
con el obispado y padres de alumnos. Pero supo encararlo. ¡Al
escucharlo, se me antojaba que este dinámico director
tenía algún parecido con Napoleón!.. |
|
|
|