Tres preguntas para Jacques Gaillot
 
Francia va a enviar este verano nuevas tropas a Afganistán. ¿Cómo reacciona Vd al respecto?  
   
nouvelles troupes Mal. Francia debe enviar 700 militares a un país que se hunde en el lodazal de la guerra, de la corrupción y de la miseria. Desde la caída del régimen talibán, el terrorismo se ha desarrollado. La droga también. El uso de la fuerza es un fracaso. Escoger la fuerza es la peor de las estrategias.
 
   
Se levantan voces para reclamar una solución política internacional que dé prioridad a una ayuda urgente, a la reconstrucción y a los derechos del pueblo afgano, en especial de las mujeres.  
   
Va a someterse al Parlamento europeo un proyecto de directiva para la detención y expulsión de las personas extranjeras. Es una directiva muy represiva. ¿Una sorpresa para Vd.?  
   
No. Desde hace varios años, Europa adopta unas políticas cada vez más represivas en materia de inmigración.
Esta directiva contempla el internamiento de las personas extranjeras, que podrá prolongarse hasta 18 meses; la detención y el alejamiento de personas vulnerables y de menores, la prohibición de estar en el territorio de la Unión Europea durante 5 años para las personas expulsadas. ¡Es verdaderamente una directiva vergonzosa! Se está preparando una Europa fortaleza, no una Europa abierta y solidaria. Por todas partes se levantan las protestas para que no se adopte esta directiva.
Europe une forteresse
 
   
Para la fiesta nacional del 14 julio, el Presidente de la República ha invitado a tres dirigentes del pueblo árabe. Si los jefes de los Estados tunecino, egipcio y sirio confirman su presencia en el célebre desfile de los Campos Elíseos, ¿no será una injuria a los derechos humanos?  
   
droits de l'homme maintenant Estos tres dirigentes son conocidos por ser unos dictadores enemigos de la libertad de prensa. En sus países, los derechos humanos son pisoteados. Su presencia desnaturaliza la fiesta del 14 de julio, que es la de un pueblo liberado y portador de libertad. El jefe del Estado francés no aparece, como lo había prometido, como “presidente de los derechos humanos”. Manifiesta así, lamentablemente, una política de complacencia.