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- El muro de la vergüenza
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- Llegó el momento de celebrar
la Pascua y no podemos dejar de recordar que Jesús fue
crucificado fuera de los muros de Jerusalén. Con su muerte
rompió el muro del odio que separó a los pueblos.
No construyamos otros muros nuevos.
Sor Marie Dominique que trabaja en Jerusalén en una casa
para jubilados palestinos nos envía una petición
de auxilio por culpa del muro de la vergüenza.
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- Os informo de lo que está ocurriendo en nuestro
barrio y en las inmediaciones de nuestra casa: el muevo muro
de separación de 9 metros de altura está en construcción
desde el 11 de enero de 2004.
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Sustituye un muro que era mucho menos alto, con una altura
que permitía franquearlo cuando ya no quedaba ningún
paso autorizado par los que iban de Betania y de Abu Dis hacia
Jerusalén. |
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- Este primer muro llamado de seguridad ha sido colocado
en agosto de 2002. Este muro desorganizó y trastornó
profundamente la vida de la población y también
la nuestra. De este modo, separa Jerusalén de la Cisjordania,
también bordea nuestra carretera y pasa frente a nuestro
portal de la entrada. Este muro, ya son miles las personas que
lo han pasado, niños, estudiantes de instituto, mamás
con sus bebés, ancianos, las caídas han sido muchas
y a veces mortales. Hace dos meses, llamamos a una ambulancia
para un hombre de unos 65 años que se cayó de espaldas
y perdió el conocimiento.
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La ambulancia llegó con más de media hora y
a la vuelta, a la altura del cruce de Betania, el ejército
ha registrado la ambulancia y ha mandado bajar a la esposa del
herido, retrasando más aun los cuidados médicos. |
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- ¡Lo que está pasando al pie del muro es intolerable!
Cientos de personas han atravesado cada día y durante
meses nuestra propiedad pasando por encima de las verjas par
escapar a los controles militares ya que muchos trabajan en Jerusalén
pero no tienen permiso.
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- La gente a nuestro alrededor vive con miedo, miedo a que
le detengan, miedo a que les tiren gases lacrimógenos,
miedo a ser maltratados como tantas veces ocurre. La tensión
es permanente para toda la población cuyas condiciones
de vida son cada día más difíciles. Es una
lucha de todos los días para toda esta gene que está
sufriendo humillaciones y violencias. De verdad nos sentimos
solos desamparados ante la inercia generalizada.
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Nos hacemos portavoces de todos los que están sin voz
y que, cada día desde hace dos años, emprenden
una auténtica carrera de obstáculos para llegar
a su puesto de trabajo, al colegio, etc. Sin mencionar a todos
los enfermos que se mueren por falta de cuidados médicos. |
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- Para realizar nuestra misión también afrontamos
muchas dificultades cuando tenemos que ingresar en hospitales
a ancianos que son de Cisjordania ya que las ambulancias palestinas
no están autorizadas para circular por Israel y hemos
de encontrar medios para trasladarlos al otro lado del muro evitando
las barreras en las carreteras para que sus familias puedan llevarles
al hospital.
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El mismo problema se plantea cuando muere gente y para las
familias que deben apañárselas para transportar
el cuerpo del otro lado. La vida ya es sumamente complicada desde
hace dos años y va a empeorar ahora con la construcción
de este nuevo muro. |
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- Las personas de edad avanzada que tienen autonomía
ya no pueden ir de compras desde hace muchos meses ya que todas
las tiendas se encuentran del otro lado del muro. Cuántas
veces han tenido que llamar a los comerciantes colocándose
al pie del muro para hacerles los encargos a través de
una hendidura entre dos bloques de cemento.
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Los ancianos oriundos de Cisjordania están muy aislados
porque muchas familias ya no pueden venir a visitarles. Desde
la construcción del muro, hemos de redoblar la vigilancia
para asegura la seguridad de nuestros mayores. |
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- Otro disgusto fue el de tener que cambiar de proveedores.
Esto nos valió un costo mayor puesto que la vida está
más cara en Jerusalén. Hoy no sabemos realmente
lo que va a pasar si la construcción de este muro llega
a su término porque en nuestra casa la mayoría
de los ancianos son de Cisjordania y la mayoría del personal
también.
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- De los 18 empleados que tenemos, sólo tres tienen
la tarjeta de Jerusalén. Durante estos dos años,
también a ellos les han obligado a atravesar el muro y
cambiar a menudo de trayecto para escapar a los controles ya
que, incluso con un salvoconducto, los militares seguían
impidiéndoles entrar en nuestra casa.
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- Este muro de 9 metros nos obligará:
1º |
a contratar personal de Jerusalén y por tanto a despedir
a la mayoría de nuestros empleados que ahora están
en plantilla. |
2º |
- a renunciar a acoger a las personas mayores que vivan
también en Cisjordania, es decir a los más pobres.
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Estamos preocupadas. También se trata de miles de personas
que hoy viven angustiadas mientras el muro se construye sin resistencia
ni protestas en el propio lugar de la construcción. No
nos han avisado y la casa está, más que nunca,
aislada debido al estado de la carretera. Necesitamos cada día
ir a buscar a los empleados a diferentes puntos porque el barrio
fue convertido en zona militar. |
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- El abastecimiento se volvió muy dificultoso y nos
pasamos el tiempo solucionando imponderables y esperemos que
nos sea necesario ingresar en un hospital a los ancianos porque
el lodo dificulta en grado sumo el acceso a la casa. Esta semana,
muchos periodistas y fotógrafos han venido a nuestro barrio
convertido en tierra de desolación y humillación.
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- Esperemos que todas las entrevistas organizadas por diferentes
periódicos, emisoras de radio y TV aquí y allá
van a alertar a la opinión pública y que también
despertarán las conciencias de los políticos.
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- Esperamos que Usted también pueda ser nuestro portavoz
para que se destruya este muro de la vergüenza.
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- Contamos con su acción para que el diálogo
se reanude entre los responsables de ambos pueblos, y le agrademos
de antemano que difunda estas informaciones.
- Sor Marie Dominique Croyal.
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