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Hacer la paz |
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Manifestándome una vez más en las calles de
París contra la guerra en Irak, estaba impresionado por
la multitud. Era numerosa y determinada, marchando dos horas
en medio del frío y reclamando incansablemente la paz. |
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- Esta multitud en medio de la que iba, me inspiró
unas reflexiones.
- Estar en paz para poder dar la paz
Hacer la paz consigo mismo, dejarse pacificar, encontrar la paz
del corazón, es un paso esencial. Pues también
la violencia está con nosotros. Nos habita.
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Pero ¡qué bendición encontrar personas
habitadas por la paz! Uno se siente bien con ellas. Su presencia
nos hace felices: no estamos hechos para estar constantemente
inquietos y vivir en la agitación. Su vida tiene una dimensión
de profundidad: podemos osar ser nosotros mismos y ser auténticos
en nuestra humanidad. |
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- Su combate nos dice que la paz está hecha para
ser compartida, como el pan. Por eso abren sus manos y su corazón
para que los demás se beneficien.
La paz es también nuestra tarea
Se entrega en nuestras manos. Nos concierne a todos. Esto es
lo que ocurre magníficamente hoy al manifestarse en Estados
Unidos, en Japon, en los países árabes y en casi
todos los países de Europa para decir no a la guerra en
Irak. Esta mobilización de opiniones públicas manifiesta
que no hay una fatalidad y que todo no está escrito de
antemano. En el momento en que escribo estas líneas, no
se si la guerra tendrá lugar, pero estoy seguro que esta
formidable protesta de los pueblos no quedará sin efecto.
Se trabaja por la paz cada vez que se reduce la desconfianza
en el seno de una familia, de una comunidad, de un barrio, entre
el suburbio y el centro, entre dos pueblos.
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La reconciliación entre Alemania y Francia hace cuarenta
años, es un hermoso ejemplo de esta reducción de
la desconfianza entre dos pueblos. El restablecimiento de la
confianza es una condición para la paz. |
La paz da miedo
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Esta expresión puede parecer extraña. La escuché
por primera vez en la boca de un palestino. Este amigo me hizo
comprender que era más fácil hacer la guerra que
hacer la paz. |
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- La violencia es rápida como el relámpago.
Se desencadena de inmediato. Pero las represalias y los atentados
no resuelven nada. La zanja de la incomprensión y del
odio se hace más y más profunda. Mientras que la
paz tarda en llegar. Supone cambiar de manera de pensar y de
actuar.
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La paz reclama justicia, aplicación del derecho, respeto
de las resoluciones de la ONU. |
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- Reconciliarse con un hermano enemigo no es algo fácil.
¡Es realmente más fácil combatirlo! Salir
al encuentro de los que no se parecen a uno es más difícil
que quedarse en su rincón para no tener problemas. Sí,
la paz da miedo porque es un combate que nos moviliza sin tardar.
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