Carta de Jacques Gaillot del Octubre de 2002

   
No a la guerra
   
 

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No a la guerra
 
non à la guerre  Una guerra preventiva no deja de ser una guerra. Se sabe cuando empieza. No se sabe nunca cuando se terminará. Esto es cierto para Afganistán donde la guerra civil dista mucha de haber finalizado, de Chechenia donde en ejército ruso está empantanado, y especialmente en Oriente medio donde nadie sabe ya lo que hay que hacer para detener el conflicto. 
 
Una intervención militar masiva en Irak será el signo de una regresión de la humanidad con su ciclo de violencia, de sufrimiento y de odio. Los pueblos nada van a ganar pero tienen todas las de perder.. Todos aquellos que creen en una resolución política de los conflictos internacionales serán desacreditados.
 
¿Cómo se pude justificar lo que causa tantas y tan profundas heridas a la familia humana? Mediante esta sencilla afirmación: cualquier intervención militar está justificada en cuanto los intereses económicos o militares de los Estados Unidos estén en juego. Hoy Irak se encuentra en el centro de la diana. Mañana le tocará a otro país.  loin de la paix
 
En un mismo tiempo, Francia da a conocer su nuevo proyecto de ley de programación militar: un fuerte aumento del presupuesto con un amplio surtido de nuevos armamentos entre los cuales destaca un porta aeronaves. Otras tantas partidas que no irán a educación, a cultura o a salud. Seguridad obliga. No se puede pagar a la vez el precio de la guerra y el precio de la paz.
 
¡La nuestra es una cultura de la guerra y dista mucha de ser una cultura de la paz!
 
Afortunadamente, se alzan muchas voces para denunciar esos escándalos e ilusiones. La paz también es asunto nuestro. Está en nuestras manos.