Catecismo electrónico de Septiembre de 2000 

       
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Quisiéramos que este catecismo fuera una construcción común. No dudéis en someternos otros temas.


El alma

¿Qué es el alma? Esta es un buena pregunta de catecismo. La respuesta se esssfuerza por distinguir en el ser humano una parte espiritual creada por Dios, el alma, y un parte material que les debemos a nuestros padres, el cuerpo. Cierto es que no se puede reducir el ser humano a la materialidad de su cuerpo. La consciencia que tiene de sí mismo, el pensamiento, la voluntad que ejerce, la libertad que puede poner por obra, los sentimientos que experimenta, todo ello es de otro orden distinto al de los órganos y funciones del cuerpo. Se comprende que los filósofos clásicos hayan insistido en esta dualidad del ser humano que luego hubo de impregnar al cristianismo. En una perspectiva de esta índole, el alma espiritual es pura y el cuerpo es impuro, el alma es la sede de las más altas virtudes como la voluntad par dirigirse libremente hacia el bien: debe gobernar al cuerpo y no dejarse encadenar por él, la primera se percibe como buena y la otra como mala. El alma es lo que hace que el hombre sea semejante a Dios, por eso es inmortal mientras el cuerpo sí es mortal , la muerte provoca la separación de ambos.
Un leguaje de esta índole ya no tiene se corresponde con nuestras formas de razonar y nuestras experiencias. Sabemos que hay personas que han perdido sus facultades humanas de inteligencia y de memoria sin por ello haber perdido la vida. La vida animal nos interpela. ¿Qué es lo que provoca su muerte ? ¿Tendrán alma ? Su consciencia u su aptitud para comunicarse son más conocidas para nosotros. ¿Dónde comienza el cuerpo del hombre ? En la Biblia tampoco está clara la noción de alma. Ésta utiliza diversos vocablos para designar este principio inmaterial : la vida, el corazón, el soplo... Una cosa es cierta, no hay oposición entre el alma y el cuerpo, sino unidad de persona.
Tal vez debamos profundizar más y preguntarse si la propia cuestión del alma es una buena cuestión. En efecto, la persona es su cuerpo. Deja de serlo sin las células nerviosas que le permiten pensar. Deja de existir sin la memoria que le permite reconocerá sus seres queridos y saber así quien es. El cuerpo no sólo es una herramienta al servicio de un espíritu pensante. Tampoco es el envoltorio del alma. Es capacidad para comunicarse, religarse a los demás, capacidad de amor. Sin esta capacidad la persona no existe. Es otra lógica de la existencia humana, la de una creación de una persona completamente hecha, llegada de ninguna parte. Es la de un proceso en el transcurso del cual la persona se hace a sí misma ; mediante sus relaciones con los demás y con el mundo su identidad se construye.
La fe cristiana no está en contradicción con esta visión del ser humano. Nos dice que Dios mismo se encarnó. Vino en carne, es decir que tomó figura humana y cuerpo de hombre en Jesús Cristo. Y ese cuerpo es el que Dios resucita después de la muerte de Jesús en la cruz. Es la garantía de nuestra propia resurrección. Creemos, dicen los cristianos en el Credo, en la resurrección de la carne. La cuestión del cómo queda sin respuesta.