Cuaderno de bitácora de noviembre de 2004

    En la Bourse du Travail  Lisboa
    El tiempo de la vendimia Misa de domingo
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En la Bourse du Travail

Romain se había marchado a visitar a su familia a Benín, a Cotonou. Allí du donde la muerte le salió al encuentro en un terrible accidente de coche, también a dos de sus hermanos. Fue traumático, tanto par mí como para todos los que le conocían y militaban con él.

votre place La última vez que estuve con él fue en el mes de agosto. Había una concentración de los sin-papeles en la Plaza de la República. El desfile se estaba preparando para salir hasta la iglesia de San Bernardo. Yo me encontraba entre la multitud cuando Romain logró encontrarme. Me tomó por el brazo: "Su sitio está delante con las personalidades". Era alto y fuerte, y no era fácil resistírsele. Me condujo a la cabeza del cortejo: "Así, ahora está bien" me dijo. 
 
En la Bourse du Travail, los ilegales, los militantes, los sindicalistas, los militantes de la política se apiñaban en la gran sala. Se respiraba una atmósfera de seriedad, de silencio. Yo iba valorando el lugar que Romain había tomado en sus vidas. Su muerte ponía de realce su vida de militante y daba sentido a todas sus luchas. Ponía a todo el mundo en movimiento.
El animador recalcó que Romain era cristiano y me preguntó si yo aceptaba celebrar una misa en San Bernardo. La invitación sería muy amplia.
Propuso que una delegación viajara a Benín dentro de un tiempo. Para visitar a la familiar de Romain y entregarle una colecta fruto de nuestra solidaridad. Para recogerse delante de la tumba de nuestro amigo y dar a conocer la lucha que llevó a cabo en Francia. Me pidió que formara parte de la iniciativa.
     

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Lisboa

¡Qué hermosa ciudad, tanto de día como de noche! Fue un nuevo encantamiento para mí volver a verla y pasar allí dos días.

écique de Partenia sur Internet 

Los traductores y traductoras que traducen cada mes los textos para la página de Partenia, ya llevaban tiempo deseando encontrarse para conocerse. Escogimos Lisboa para darnos cita. Nuestros amigos de Québec no dudaron en venir. En Lisboa tenemos amigas de Partenia que nos han acogido maravillosamente y cuya presencia fue un regalo.

Desde hace casi nueve años, la página existe en siete idiomas y se renueva regularmente. Se trata de una proeza que merece ser mencionada. Todos son voluntarios. Es un trabajo que se hace con el corazón. Desde Zurich, Katharina Haller anima incansablemente esta red de traductores y traductoras repartidos por diferentes países.

liens d'amitié 

En nuestro grupo se tejió una agradable convivencia. Hemos tomado tiempo para vivir. Se han creado lazos de amistad.

Era importante hacer balance de nuestro trabajo y tomarnos el tiempo para ver el futuro. Pero más importaba todavía experimentar la amistad entre nosotros.
Después de Lisboa, sabemos que podemos contar los unos con los otros.

   

 

     
   

El tiempo de la vendimia

temps des vendanges
He pasado un tiempo con una familia de cosecheros que vive en Borgoña. La vendimio llevaba buen ritmo. Se anunciaban abundantes y de calidad, para regocijo de todos. El mes de septiembre nos deparó un tiempo soleado y cálido. Yo sentía que cada cual estaba feliz.
Me llevaron a las viñas bañadas por la luz de la tarde. Me quedé allí contemplando la belleza del paisaje.

 


Me acerqué a unos jóvenes que trabajaban. Se aplicaban a cortar los racimos. Algunos hacían este trabajo sentados en la tierra de tan cansados que estaban. Me fijé en que se preocupaban por los más débiles. Otros pasaban junto a ellos para llenar sus cuévanos y luego se iban a vaciarlos al tractor.
Reinaba el buen humor. Les animé anunciándoles que pronto iba a ser la hora de parar.
 
La comida de la noche fue para mí un espectáculo. Los jóvenes llegaban a la mesa agotados y hambrientos. La jornada había sido larga y dura para ellos. 

le repas


Pero al final de la cena, uno de ellos preguntó"¿qué hacemos por la noche? ¿Salimos? ¿Vamos a la ciudad?" Y, como recargados de una repentina energía, todos salieron disparados como un solo hombre para volver a las tantas de la noche.
¡La escena de levantarse a las 7 de la mañana, al día siguiente, fue otro espectáculo!
   

 

     
   

Misa de domingo

La gran iglesia moderna de Ravensburg en Baviera estaba repleta. Tuve el placer de presidir la Eucaristía al lado del párroco, un amigo, y ante una multitud visiblemente feliz de estar allí.

Cerca del coro estaban la coral y los músicos. Pero era la multitud la que cantaba. Yo no canso nunca de mirar a una multitud que canta. ¡Es tan raro!. A los alemanes les gusta cantar. Es su segunda naturaleza. Sus miradas respiraban la alegría. Yo me dejé llevar por sus cantos.

El coro estaba lleno de monaguillos: niños y niñas. Cuando comencé una oración en alemán, ellos estaban en vilo, atentos y a veces divertidos con mi pronunciación.

autour d'autel Antes de comenzar la oración del Padre Nuestro, el párroco invitó a todos los niños de la asamblea a venir alrededor del altar. 

Salieron rápido de sus bancos de la iglesia, como pajarillos de su nido. Me percaté de dos niños pequeños que llegaban los últimos, a pasitos, dándose la mano.

Cada petición del Padre Nuestro estaba acompañada de un gesto. Los niños hacían esto de la manera más natural. Yo intentaba seguirlos como podía.
Guardé largo tiempo el recuerdo de esta misa de domingo.