Cuaderno de bitácora de Agosto de 2003 |
El bautismo de Axel | Oponentes iraníes | ||
Una evacuación inhumana | ¿A qué puerta hemos de llamar? | ||
Archivo de Partenia | Bibliographie | ||
Historia de Partenia, Biografia de Obispo Jacques Gaillot | |||
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En la iglesia de un pueblo de Lorena, un centenar de personas ocupan sus puestos. Vienen de toda Francia e incluso del extranjero. La mayoría no van a la Iglesia. Varias son de religión musulmana. Un pastor se encuentra junto a mí. Es una asamblea joven, con la alegría de reunirse para una fiesta. Ahí están con sus emociones, sus deseos su alegría de vivir, sus debilidades, sus dudas.
El padre de Axel hace la acogida de corazón. Con sus propias palabras explica por qué, junto con su mujer, han querido bautizar a su hijo de dos años y medio. Sus palabras suenan auténticas. Un soplo de humanidad y de autenticidad pasa por la asamblea. Y sin embargo, no hay música ni coro, pero el Evangelio cae en tierra buena y los ritos dan sentido. Axel está de pie delante de la asamblea. Inmóvil, con cara seria, recibe el agua sobre la frente, luego la unción del crisma. Lleva en la mano el cirio encendido, pero ahora es él quien ilumina a la asamblea que no aparta la mirada de él. Todo el mundo está impresionado. Ocurrió algo que conmovió los corazones. La fiesta continua en el prado y durará hasta tarde en la noche. Los padres de Axel están maravillosos en su presencia y su acogida. Hacen feliz a todo el mundo. Lo dan todo. Por ello lo reciben todo. |
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Oponentes iraníes Viven en la región de París, en Auvers sur Oise, desde hace más de veinte años, bajo la protección de la policía francesa. Se han integrado enseguida con la población del pueblo. Los niños van al colegio. Los habitantes trabaron amistad con ellos. Y, sin embargo, una mañana de madrugada, una operación de gran amplitud se abatió sobre estos oponentes.
Me pidieron que fuera a Auvers para reunirme con mujeres y hombres que entablaron una huelga del hambre. Impera la canícula. Escucho las penas de estas gentes que están muy debilitadas. Me impresionan sus rostros y sus miradas como cuando estoy en Lourdes peregrinando y paso delante de cada enfermo. En presencia de la multitud, le dirijo una plegaria a Dios.
Contesto a los periodistas que me interrogan: "vivieron la humillación y la afrenta, hoy experimentan la victoria. Yo estaba con ellos el día de la prueba, es normal que esté con ellos para la fiesta". |
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Una evacuación inhumana
La policía les trató con violencia desmesurada: asaltaron con ariete sin avisar, emplearon gases, les aporrearon, hubo violencias verbales. Embargaron la caja de solidaridad del colectivo y todos los documentos oficiales. Sin embargo, las autoridades sabían que si daban papeles al pequeño resto, saldrían del local voluntariamente.
Ante mí tengo a seres humanos debilitados, desgastados
por una lucha que empezó en agosto de 1999 y que hoy se
encuentra amenazada ya que su colectivo ha sido dispersado. |
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Antes de que el tren entre en la estación de Nancy, un chico se acerca a mí con una cinta de vídeo en las manos:"¿Lo conoce?". Miro el vídeo cuyo título es: La más bella historia de amor. Se ve a Jesús que aparece ante sus discípulos. "Suena un poco al estilo Hollywood" me dice, pero no encontré nada mejor. Busco conocer quien es Jesús. No sé nada del cristianismo. En este campo soy un inepto".
"Me falta un catecismo" me dice. Entonces saqué de mi bolsa "*un catéchisme au goût de liberté" que voy a regalar a la familia que va a celebrar el bautismo de su hijo y se lo muestro. Al ver el interés que le suscita este libro mientras lo hojea, le digo: "Te lo enviaré". Un camino está abierto.
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