Cuaderno de bitácora de septiembre de 2006

    Apoyo al pueblo libanés Esas tiendas de campaña que dan problemas
    « tocó al leproso » Entre mitra y báculo en Lourdes
Bibliographie
   

Partenia



Cuaderno

Biblia

Retrospectiva

archivo

Historia

Link

E-mail

Apoyo al pueblo libanés

Las manifestaciones de apoyo al pueblo libanés se multiplican en París. Los medios se mantienen muy discretos.
Cada tarde hay una, en el Trocadero en el atrio de los Derechos Humanos. Los turistas van y vienen, atraídos por la música y los cantos árabes.
En este famoso atrio es donde yo me reúno con los libaneses que, después de su trabajo, vienen a levantar sus pancartas, a mostrar grandes fotos sobre las violencias de la guerra en su país, y estar disponibles para hablar con los viandantes. Espero mi turno para inscribir en una gran hoja de papel un mensaje de paz con mi firma.

mobilisation internationale Los libaneses se alegran de que yo vaya a pasar una hora en medio de ellos. Ante la tragedia de su pueblo, los encuentro en estado de shock. Tienen el alma herida. Escucho el relato de los padecimientos de su corazón lastimado: un millón de desplazados, la masacre de Cana, la destrucción de su país… 

Valoran el hecho de que una movilización internacional se esté desarrollando en diferentes puntos del mundo, inclusive en Tel Aviv, contra la guerra en el Líbano.
Decepcionados por la comunidad internacional, reclaman el cese inmediato de la agresión israelí y su retirada del territorio libanés.
     
   

Esas tiendas de campaña que dan problemas

"Médicos Mundi" distribuyó 500 tiendas para los sin techo (SDF- Sin Domicilio Fijo- en Francia) de París. Éstos han agradecido el dejar de estar expuestos a las miradas ajenas.

sans domicile fixe Estas tiendas les dan un poco de intimidad y de humanidad. Sin embargo, durante el verano abundan los turistas y ¿Cómo soportar que salgan tiendas de todas partes por la capital, y especialmente en las orillas del Sena? Dan visibilidad a un escándalo: el de todos esos sin techo que duermen en la calle. Imposible ignorarlos. 

Estas tiendas molestan y se convierten en el foco de toda sospecha. Los vecinos protestan. El Ayuntamiento interviene. Los políticos se interesan.

Hacen de todo para que los sin techo se vayan de sus tiendas. Para apoyarles, se celebró una concentración cerca del Ministerio de Asuntos Sociales. Los sin techo tomaron la palabra. Me gusta oír la palabra que sale de ellos. Nadie puede pronunciarla en su lugar. ¿Qué dicen? Nada de alojamientos de emergencia. Se sienten mal acogidos en ellos. Les roban y para rematar les echan a la calle. Mejor en la calle que en un alojamiento de emergencia que sólo dura una noche.

¿Qué quieren? Una vivienda, un alojamiento de verdad. Lugares de vida correctos. 

visibilité à un scandale

Todo el mundo aplaudió estas palabras que dejaron pasar un soplo de dignidad. Para ellos, el problema no radica en la desaparición de las tiendas sino en la imposibilidad de acceder a la vivienda y en la falta de lugares donde vivir.

   

 

     
   

« tocó al leproso »

Durante las vacaciones familiares de verano, Lise, mi sobrinita de ocho años vino a verme una mañana y me preguntó con ademán serio: "¿Puedes contarme los milagros de Jesús?".
Confieso que soy alérgico a este tipo de preguntas porque la palabra milagro deja entender que Jesús era un superman y que realizaba acciones espectaculares. ¿Contar los milagros de Jesús no es una hermosa historia que abre a un mundo maravilloso? ¿Pero dónde está la verdadera vida? ¿Y cuál es el mensaje de Jesús?
Lise tal vez haya percibido mi falta de entusiasmo pero yo no podía dejar sin respuesta su pregunta.
"Lise, te voy a contar lo que hizo Jesús un día que se encontraba de camino. Una gran multitud le seguía. Llegó por ahí un leproso. Cayó de rodillas ante Jesús y le suplicó: "Si tú quieres, puedes curarme".

¿Qué hizo Jesús? Extendió la mano y tocó al leproso.
Lise me interrumpe: "¿Tocó al leproso?"
 

étend la main

"Sí, Jesús se atrevió a hacer este gesto que le puso en contacto con el leproso.
Jesús tenía que tener mucho amor dentro de su corazón para tocar a aquel leproso. Mostró que ese leproso era un ser humano como los demás y que tenía derecho al respeto"
Lise no buscó conocer como seguía el relato. Este gesto tan humano de Jesús y, desde luego, al alcance de cada uno de nosotros, le bastó: "tocó al leproso".

   

 

     
   

Entre mitra y báculo en Lourdes

(con forma de guiño, retomo un cuaderno escrito en el año 2000. Mons. Bertone, de quien es cuestión aquí, se convirtió en el cardenal Secretario, es decir el número 2 de la Iglesia católica y el cardenal Ratzinger en el papa Benedicto XVI)

El obispo de Lourdes me invitó a venir en el mes de agosto para presidir la misa internacional. En el año del jubileo, fue un gesto fraternal por su parte. Aproveché la ocasión para manifestar mi comunión con la Iglesia.
En la basílica subterránea esperaba la multitud de los días grandes. El responsable de los santuarios se había tomado la precaución de poner a unos cuantos gorilas junto a mí para velar por mi persona. ¡Nunca se sabe!

En la sacristía, un obispo italiano, Mons. Bertone, secretario de la Congregación para la Doctrina de la fe, vino hacia mí y me comentó sonriendo su sorpresa por mi presencia allí. 

cardinal Bertone

"A menudo estoy en donde no se me espera, dije yo
- ¿Puedo decirle al cardenal Ratzinger que he estado con Usted y que he celebrado con Usted?
- Por supuesto.
Puedo decirle que aprecio lo que Usted hace.
"

J. Gaillot avec la mitre Sale la procesión. ¡Yo ya había perdido la costumbre de llevar la mitra y el báculo en medio de los obispos! 

La liturgia se desarrolló hermosamente en diferentes lenguas y con símbolos que todo el mundo pudo ver gracias a pantallas gigantes.
En Lourdes, los enfermos, los minusválidos, los pobres de la sociedad se sienten como en su casa. Se ven reconocidos. Es el milagro de Lourdes.