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En el restaurante
- Una amiga alemana me ha invitado
al restaurante. Nos sentamos. En la sala, me fijo en una mesa
redonda con dos jóvenes parejas y un hombre de una cierta
edad. En el transcurso de la comida, varias veces, se han levantado
para tomar unas fotos. Sin duda, una fiesta de familia. Todo
sucede con sencillez sin alegría exuberante ni risas que
llamen la atención.
Después de la comida, dejo el restaurante. Pero apenas
he salido, una joven se reúne conmigo. La reconozco: estaba
en la mesa redonda. Su petición le sale del corazón:
"¿Aceptaría vd. sacarse una foto con mi padre?
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Él estaría muy contento
y nosotros también. Mi padre padece Alzheimer. Hoy es
su cumpleaños. Ha salido de la residencia de jubilados
para esta ocasión". |
Sin vacilar, entro de nuevo en el restaurante para dejarme tomar
una foto al lado del que padecía Alzheimer. El hombre
parecía un poco perdido, pero su cara estaba alegre y
su mirada expresaba alegría. Ambos nos cogimos del brazo.
Este padre de familia que celebra su cumpleaños está
muy contento de estar rodeado por los suyos, de ser amado por
ellos.
Nos embarga el silencio. No se intercambian
palabras. Un silencio que hace cada uno presente a los otros.
En este albergue de Emaús, descubrimos la grandeza del
signo que se nos ha dado: el del amor compartido. |
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La indecencia del "Dakar"
Hace una veintena de años, en el transcurso de una
rueda de prensa, el Abbé Pierre y yo, habíamos
denunciado el rally Paris Dakar como un insulto. Un insulto para
los habitantes de los países africanos.
Esta competición deportiva, que es una aventura para
adinerados, atraviesa unos países marcados por la miseria,
el sida, el sobreendeudamiento. |
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Un motorista australiano se ha matado en las pistas del
desierto de Mauritania. Dos niños africanos también
han fallecido a causa de unos vehículos que atravesaban
sus pueblos a toda velocidad.
El cantante Renaud denuncia de manera mordaz esta carrera asesina:
"100 cabrones están en la línea de salida".
¡Ojalá se escuche su nueva canción!
El "Dakar" se beneficia de una amplia cobertura mediática.
Cuando veo en el telediario esta libre circulación de
pilotos sobre las pistas africanas, pienso en todos los jóvenes
africanos que están condenados a la clandestinidad o la
expulsión en nuestros países europeos.
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Está también el despilfarro. El despilfarro
de los recursos naturales. Hoy osan hablar de decrecimiento.
El decrecimiento reclama otro modo de comportarse, un respeto
de los recursos naturales. Se trata de un cambio radical de sociedad.
Una sociedad donde haya "Menos bienes y más lazos".
El cierre del "Dakar" sería un buen signo. |
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Condena
En la sala del tribunal, estamos muchos esperando el veredicto
del juicio de Assane, que es docente y delegado de la coordinadora
nacional de los sin papeles.
Unos jóvenes se presentan a la llamada de la Presidenta
del tribunal. Todos son condenados. Cuando le toca el turno a
Assane, contenemos el aliento.
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El también es condenado: un mes de prisión con
la sentencia en suspenso y una multa de 590 euros. El golpe es
muy fuerte. Es una decepción. Es reconocido culpable de
haber insultado a tres policías en una comisaría. |
Assane había ido a esta comisaría por tener
noticias de un ilegal que había sido detenido. Él
negó siempre haber insultado a los policías. Pero
¿qué valía su palabra contra la de estos
policías, que no aparecieron nunca por el tribunal?
Assane simplemente había puesto una denuncia por los golpes
recibidos en la comisaría. Un médico le había
prescrito 5 días de incapacidad laboral.
Nosotros fuimos a consolarnos a un café próximo
al tribunal. "No me esperaba una sentencia tan dura",
dijo Assane. Asume el riesgo de recurrir esta sentencia. |
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Ocupación de un
edificio
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Unas familias mal alojadas o amenazadas de expulsión
han venido a ocupar en el corazón de París, la
antigua sede social del diario "Le Monde" que llegó
a ser sede de la OPAC (Oficina Pública de Acondicionamientos
y Construcción). |
El edificio estaba vacío desde hacía meses.
Aquel domingo por la tarde, las calles de este barrio estaban
tranquilas. Pero la llegada de manifestantes en número
creó el ambiente. La mayor parte se precipitaron en el
edificio, los otros ocupaban la calle despegando sus pancartas,
distribuyendo panfletos para explicar el sentido de su acción.
En cuanto a los músicos y tamborileros, se pusieron manos
a la obra.
Entonces se vislumbraron en el horizonte los coches de
la policía. Los policías con sus porras corrían
hacia los manifestantes de la calle, que se precipitaron dentro
del edificio. Pero todo el mundo no consiguió entrar.
Al joven tamborilero le vapulearon y le quitaron su tambor. Los
que estaban en el edificio no podían salir y los que estaban
fuera no podían entrar.
Pasaba el tiempo. Yo estaba dentro. Tenía los pies helados,
pero el corazón caliente.
Después de varias horas, los policías subieron
a sus coches. Habían recibido la orden de abandonar el
lugar.
Los que habían quedado en la calle manifestaron su
alegría, se despedían de los policías cantando
a coro: "Adiós con el corazón, que con el
alma no puedo, al despedirme de ti..." |
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Se iniciaron las negociaciones. Hay 200 expedientes de
solicitud de vivienda de urgencia. Venció nuestra causa.
Las familias tendrán una vivienda en el transcurso del
año. |
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