Carta de Jacques Gaillot del 1 de Diciembre 1999 |
Los gitanos, víctimas del racismo | |||
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Los gitanos, víctimas del racismo
!Qué destino tan singular les ha deparado la historia a los gitanos, también llamados cíngaros! Nómadas de tradición y sedentarizados en el transcurso del presente siglo, no dejaron nunca de ser el blanco de la violencia racista. Durante la segunda guerra mundial, los cíngaros fueron víctimas de un auténtico genocidio por parte de los nazis. Muy pocos regresaron de los campos de concentración. Después de haber sufrido una integración forzosa bajo el régimen comunista, hoy se les considera no gratos y son objeto de persecuciones. Vayan a donde vayan, estorban en todas partes. Desde 1997, los cíngaros checos y eslovacos tuvieron que emigrar hacia Canadá, Gran Bretaña, Bélgica y Francia. En la actualidad, su situación en Kosovo es catastrófica. No se benefician de ninguna protección ni derechos algunos. No hay cabida para ellos. !Aún recordamos la iniciativa escandalosa de un alcalde de Chequia que mandó levantar un muro de dos metros de alto para separar a los cíngaros del resto de los habitantes de su pueblo! El muro de la vergüenza. Más recientemente en Bélgica, se organizó una lamentable redada policial contra familias cíngaras que fueron conducidas a unos centros de reclusión siniestros. La policía fue a buscar a los niños al colegio por miedo a dejarse a alguien. Unos manifestantes anti racistas que habían venido a protestar fueron dispersados con autobombas mientras un Tupolev despegaba de un aeropuerto militar, rumbo a Eslovaquia, con 74 cíngaros a bordo. En Francia, me los encuentro a menudo. Llegaron a la Región de París, pero les expulsan de los emplazamientos que ocupan, cualquiera que sea el color político de la corporación. La Europa fortaleza endurece sus posturas respecto a los extranjeros sin que la opinión se conmueva. Los ciudadanos europeos se equivocarían pensando que la represión de los cíngaros no tiene nada que ver con ellos. !Qué no se crean, por ello, más resguardados! Si hoy es posible reducir al silencio a los ciudadanos más débiles, mañana bien podría tocarles a ellos. | |
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Cuando, en enero de 1995, Jacques Gaillot fue depuesto brutalmente de sus funciones en Évreux, esta evicción tomó la forma, algo surrealista, de un nombramiento a la cabeza de una diócesis ficticia desde siglos, Partenia, en Argelia. También le convirtió en una especie de obispo virtual cuyos feligreses potenciales estaban dispersos por todo el planeta... Un año más tarde, decide tomar la institución al pie de la letra y crea una página Internet para entrar en comunicación con interlocutores de todo el mundo. El éxito fue inmediato: de toda Francia, de Canadá, de Australia y decenas de países, miles de internautas seglares y religiosos, cristianos y no cristianos, aprobadores o contradictores, conversaron sobre los temas más diversos. Este libro da cuenta de este lugar extraordinario de intercambios, la página Partenia 2000, reflejo de una Iglesia del mañana para la cual el recorte geográfico de las diócesis, heredado de la Edad Media, ya no tendrá mucho sentido. Jacques Gaillot presenta, recopilados por Philippe Huet y Elizabeth Coquart, mensajes que hablan de la exclusión, del racismo, de la pena de muerte y otros tantos temas candentes. El sueño de una Iglesia en contradicción con la evolución del mundo, evocación de las rebeliones y de las esperanzas de toda una generación, esta recopilación de testimonios que el obispo recibe con la fe que es la suya, inaugura una "pastoral" de un género totalmente inédito. | |||
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