Carta de Jacques Gaillot di 1 Mayo 1999

La guerra en los Balcanes

Nuevo libro: Iglesia virtual

 

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La guerra en los Balcanes

 

Resulta insoportable ver en televisión esas largas filas de refugiados, presas del hambre y del miedo. Es el infierno a nuestras puertas. Es un desastre humanitario que creíamos que nunca más volveríamos a ver. No es una pesadilla, es la realidad ante nuestros ojos. !Triste fin de siglo! El sobresalto de solidaridad internacional con los Kosovares, el compromiso de las asociaciones y organizaciones humanitarias, la apertura, aun tímida, de las fronteras a los refugiados, dejan entrever una diminuta parcela de cielo azul en medio de oscuras nubes. Al principio del conflicto, me sumé con otros para firmar una "llamada" publicada el 30 de marzo. Esta "llamada" reclamaba el cese de los bombardeos y la autodeterminación de Kosovo. "No aceptamos las falsas disyuntivas: apoyar la intervención de la OTAN o apoyar la política reaccionaria del poder serbio en Kosovo. Los bombardeos de disuasión de la OTAN para imponer la retirada de las fuerzas del OSCE de Kosovo han facilitado, en lugar de impedirla, una ofensiva de las fuerzas paramilitares serbias; han animado al más feroz revanchismo ultra nacionalista serbio contra la población kosovar...". Aceptar como única base de negociación posible el plan de paz elaborado por los gobiernos de Estados Unidos o de la Unión Europea o bombardear Serbia. Ninguna solución duradera a un conflicto político mayor interno de un estado puede ser impuesta desde fuera por la fuerza. "No es cierto que se haya intentado todo para encontrar una solución y un marco aceptable de negociaciones. Han forzado a los negociadores Kosovares a firmar un plan que, inicialmente, ellos habían rechazado haciéndoles creer que la OTAN se implicaría en el terreno para defender su causa... Nosotros no aceptamos los argumentos que intentan legitimar la intervención de la OTAN; no es verdad que los bombardeos de la OTAN estén abriendo paso a un régimen democrático en Serbia..." El tiempo pasa. La guerra se intensifica. Los bombardeos aéreos no han arreglado nada. Cada bomba que cae sobre Belgrado consolida el régimen de Milosevic aportándole el apoyo de la población serbia. Como siempre, la Iglesia ortodoxa está con el pueblo serbio. Confiar en el poder de las armas es reconocerse débil. No se detienen las atrocidades enviando aviones. La guerra no hace más que agravar los problemas y los sufrimientos. Es fuente de nuevas injusticias para los pueblos que la padecen. Sale cara, muy cara. Pero para hacer la guerra siempre encuentran dinero. Es un insulto a la miseria. !Sin duda se necesita más valor para hacer la paz que para hacer la guerra!

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Mgr Jacques Gaillot
IGLESIA VIRTUAL
IGLESIA DEL AÑO 2000
Un obispo
en el reino de Internet

Cuando, en enero de 1995, Jacques Gaillot fue depuesto brutalmente de sus funciones en Évreux, esta evicción tomó la forma, algo surrealista, de un nombramiento a la cabeza de una diócesis ficticia desde siglos, Partenia, en Argelia. También le convirtió en una especie de obispo virtual cuyos feligreses potenciales estaban dispersos por todo el planeta... Un año más tarde, decide tomar la institución al pie de la letra y crea una página Internet para entrar en comunicación con interlocutores de todo el mundo. El éxito fue inmediato: de toda Francia, de Canadá, de Australia y decenas de países, miles de internautas seglares y religiosos, cristianos y no cristianos, aprobadores o contradictores, conversaron sobre los temas más diversos.

Este libro da cuenta de este lugar extraordinario de intercambios, la página Partenia 2000, reflejo de una Iglesia del mañana para la cual el recorte geográfico de las diócesis, heredado de la Edad Media, ya no tendrá mucho sentido. Jacques Gaillot presenta, recopilados por Philippe Huet y Elizabeth Coquart, mensajes que hablan de la exclusión, del racismo, de la pena de muerte y otros tantos temas candentes. El sueño de una Iglesia en contradicción con la evolución del mundo, evocación de las rebeliones y de las esperanzas de toda una generación, esta recopilación de testimonios que el obispo recibe con la fe que es la suya, inaugura una "pastoral" de un género totalmente inédito.

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