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- Palestina: un pueblo en
rebelión
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Nunca se dirá bastante que la causa del terrorismo,
de los atentados, es la injusticia. Cuando un pueblo ocupado
sufre la injusticia en su día a día, se rebela.
Cuando le aplastan, intenta vengarse con sentimientos de odio.
Cuando le humillan, expresa su capacidad de resistencia. |
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La construcción del muro, los puestos de control "check-point",
la destrucción de los olivos, la demolición de
casas, los atentados selectivos, los miles de presos palestinos
entre los cuales los más jóvenes tienen menos de
18 años... todo ello desencadena la violencia y sólo
puede nutrir el antisemitismo en nuestros países. |
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Algunos jóvenes se prestan voluntarios para bomba humana.
A los atentados responden las represalias. La espiral de la violencia
con su cortejo de horrores. Un incendio que ya no saben apagar.
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Hay israelíes que son cada vez más conscientes
de la situación injusta se le inflige al pueblo palestino.
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- Entienden que la paz pasa por la justicia y defienden
una solución pacífica fundada en el derecho. Sin
esperar, hay jóvenes que se niegan a participar en esa
guerra sucia en los territorios ocupados.
Con motivo de cada atentado se eleva un concierto de reprobación
para estigmatizar lo incalificable. Pero no basta con condenar.
Mientras la injusticia continúe, no se atienden las causas
de la violencia. La experiencia debería enseñarnos:
recurriendo a la violencia no es la forma para suprimir la injusticia.
Si la fuerza no está al servicio del derecho, no abre
las puertas de la paz.
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Desde hace años, la comunidad internacional no ha sabido
o no ha querido resolver el problema de Oriente Medio. En estas
condiciones, ¿Cómo es de extrañar que no
se pueda resolver en otra parte el problema de la paz? ¿Si
no hay paz en Oriente Medio, cómo podemos esperar hacerla
en el resto del mundo? |
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