Carta de Jacques Gaillot del Mayo de 2003

   
Dios no está hecho a nuestra imagen
   
 

Partenia

Cartas

Cuaderno

Biblia

retrospectiva

Archivo

Historia

Ediucuón especial

LInk

E-mail

 

Dios no está hecho a nuestra imagen
 
ecehomo ¿ Se han fijado, durante la guerra de Irak, en el modo en que Dios ha sido invocado, convocado y enrolado? De pronto se volvió insoslayable. ¿Cómo prescindir de él si es el Dios de los ejércitos, el Dios de la guerra? Cada cual está interesado en que esté de su parte, por una buena causa por supuesto. 
 
En el momento en que las bombas empezaban a caer sobre Bagdad, Georges Bush declaraba: "Dios bendiga a nuestro país y a todos los que lo defienden". En el mismo momento Sadam Husein se dirigía a su pueblo: "Por la voluntad de Dios, estos días añadirán a vuestro pasado inmemorial vuestra parte de gloria y de victoria..."
 
Un cristiano me confesaba: "Cuando alguna vez voy a misa, ya no puedo soportar que digan "Dios todopoderoso". Si Dios es todopoderoso, que actúe, ¡que haga algo!".
 
le deuil de Dieu Escribo estos renglones un viernes Santo. En la cruz hemos de hacer el duelo de un Dios que se nos parece y que quieren poner a nuestro servicio. En la cruz, el Dios de las religiones está muerto para dejar su sitio al Dios del Evangelio. 
 
En la debilidad de la carne, Jesús revela a un Dios desarmado, desacralizado. Un Dios ya no lejano e inaccesible, sino cercano a cada una y cada uno en su día a día de la vida. Un Dios que se da sin distancia y sin medida. Un Dios que viene al encuentro de los excluidos sin condiciones. Un Dios que no pertenece a ningún pueblo especial sino a toda la humanidad.
 
En la cruz, Jesús rasga el velo de las religiones para dejar al descubierto un rostro de Dios que ya no sea conforme a nuestra imagen. Está fuera de la religión, en la vida profana.
 
Jésus casse l'arme Se observa con frecuencia de que las iglesias están vacías y que la práctica disminuye. Una de las causas podría ser que la religión se ha retirado de la sociedad. La modernidad se manifiesta por una voluntad de emancipación de la razón y de la libertad.  
 
El hombre moderno se deshace poco a poco de los lazos de la religión. Se hace cargo de sí mismo, asume su destino, quiere ser el amo de sus opciones. Ya es mayor de edad, rechaza a un Dios que reclama actitudes serviles e infantiles ¿Cómo dejar de alegrarse por ello? La gente abandona creencias pero no necesariamente la fe en Cristo.
 
El Dios de las religiones ha muerto, el del Evangelio no.