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Los ambulantes en Francia |
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- He oído el grito de alarma que lanzaron los capellanes
católicos de los ambulantes* , tan cercanos de las familias
y sus vivencias de cada día. Con coraje, se han alzado
contra las leyes represivas que se están preparando contra
el pueblo gitano.
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Después de haber sufrido tanto durante la guerra 1940-1945,
los ambulantes tienen de nuevo a la vista una injusta discriminación.
Viven en el miedo, pues se sienten amenazados en su existencia.
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- Donde quiera que se encuentren, sobran, son indeseables
en todas partes. Se les ha forzado a integrarse, cuando tienen
una hermosa vocación de no establecerse en ninguna parte.
Pasan sin instalarse nunca. La instalación sería
su muerte.
En lugar de culpar a los responsables que no han querido crear
"áreas de acogida", como prevé la ley,
se penaliza a los que se ven obligados a estacionar en un terreno
privado.
En este contexto difícil, la comunidad católica
de ambulantes, que es poco numerosa, recibe como una humillación
más, el silencio de los obispos. Silencio aún más
intolerable para esta gente que tiene tanta necesidad de apoyo
y reconocimiento.
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¡No se nos ocurra creer que la represión que
se abate sobre los Gitanos no nos concierne! Cuando la ley criminaliza
a los ciudadanos más débiles de una sociedad, es
necesario ponerse en guardia. Mañana bien podría
tocarnos a nosotros. |
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Se trata de grupos humanos cuyo estilo de vida radica en el "viaje",
no son sedentarios y se trasladan de ciudad en ciudad a lo largo
del año, viven en coches caravana.
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