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- La reclusión
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¿Podemos soñar con una sociedad sin prisiones?
¿O, siendo más razonables, con un mundo donde haya
menos cárceles? En Francia, no vamos por ese rumbo. Como
las cárceles están saturadas, el nuevo gobierno
proyecta construir con 11.000 nuevas plazas más. El mismo
problema ya se planteaba hace unos quince años. Para afrontar
la superpoblación carcelaria de aquella época,
ya habían construido nuevas cárceles para proporcionar
17.000 plazas más. |
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- Esto equivale a decir que en el futuro el problema no
será resuelto.
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- Construir cárceles no es una garantía de
mayor seguridad. La sociedad cree que así se protege,
cuando lo cierto es que la reclusión produce un aumento
de la tasa le reincidentes. La prisión destruye al individuo
y pocos son los que consiguen reinsertarse en la sociedad después
serles devuelta la libertad.
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- La cárcel es el espejo de la sociedad. Enseña
que estamos en una sociedad de competición y de desigualdades
en que la explotación de unos se hace para el provecho
de los otros. Una sociedad que fabrica perdedores engendra necesariamente
la violencia y la inseguridad.
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Pero esto no es todo. Nuestra sociedad fabrica delincuentes
cada vez más jóvenes y cada vez más violentos. |
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- Para luchar contra esta situación el gobierno recurre
a la represión. Programa la creación de centros
cerrados para menores.
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- Hace unos treinta años, en 1979, se habían
cerrado los siniestros centros de detención para menores
porque habían caído en la cuenta de los estragos
inmensos causados a los jóvenes. Pero hoy estamos dispuestos
a sacrificar a los jóvenes en el altar de la seguridad.
Puesto que la inseguridad es la principal preocupación
de los franceses, preferimos prenderles en lugar de educarles.
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- Se necesitó tiempo para eliminar los castigos corporales
y la pena de muerte. Tal vez se necesite mucho más tiempo
aún para deshacerse de todas las formas de reclusión
que impiden a los seres humanos su reconstrucción. Es
una opción de sociedad.
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