Carta de Jacques Gaillot del 1 de Octubre de 2001

   
El mañana está por hacer 
   
 

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El mañana está por hacer  silence
 
Recordaremos durante mucho tiempo este 11 de septiembre de 2001 que dejará el atentado terrorista escrito en la historia de este siglo como un acontecimiento sin precedente. También tuvimos el 9 de noviembre de 1989 con la caída del muro de Berlín que marcó un umbral en el futuro de los pueblos y alimentó muchas esperanzas de que muchas cosas fuesen posibles.
 
le drame  Desde este momento estará ahí el 11 de septiembre de 2001, día de terror y de desolación en que América fue herida en el corazón. La humanidad va a dar un vuelco/giro. Ya nada será como antes. Unos terroristas han sabido utilizar la fuerza de estado más poderoso del mundo para devolvérsela en su contra. La conmoción fue enorme. La reprobación unánime o casi.. 
 
Como ustedes, al ver las imágenes del fin del mundo en televisión, me embargó la compasión para con las víctimas, sus familias y el pueblo americano. ¿Cómo dejar de sentirse cercano de este pueblo precipitado en el drama? Desde todas partes, era emocionante comprobar esa cercanía de seres humanos y pueblos, por encima de las fronteras culturales, políticas o religiosas. El recogimiento observado durante tres minutos de silencio por tantos hombres y mujeres, allí donde se encontrasen, les hacía participar, en misteriosa comunión, con la familia humana entera.
 
Ante estas acciones increíbles de terrorismo que desafiaron la primera potencia mundial y revelaron en un mismo tiempo su vulnerabilidad, escuché esas palabras que resonaron extrañamente en mí. Resonancia del miedo: guerra, respuesta, golpear, venganza... Palabras que ya había escuchado en tiempos de la guerra del Golfo.
 
El terrorismo, ese es el enemigo, puede estar en cualquier parte. No tiene rostro. Si declaramos la guerra al terrorismo con medios enormes, existe el riesgo de llamar a una nueva y gran cruzada con espíritu de venganza.
 
Los terroristas son en parte productos de nuestra sociedad. Preparamos a hombres que hoy son asesinos, hombres que no aceptan la dominación de los nuevos amos del mundo. Con razón les reprochamos ser unos fanáticos y matar en nombre de Dios. ¿ No corremos el riesgo de responder en nombre de Dios? ¿Cómo si Dios no dejara de ser el Dios de los ejércitos?  croisade 
 
A la hora de escribir estos renglones, no sé lo que ocurrirá con esa guerra, pero temo, como siempre, que se utilicen los medios empleados por los terroristas, o sea, la violencia. Permanecemos atrapados en este ciclo infernal de venganza y dominación. ¡Hemos sido educados en esta cultura de dominación y de violencia tan contraria al Evangelio! El Evangelio nos enseña que vencer al otro siempre es una derrota. Los discípulos de Jesús nunca son llamados a dominar a los demás, quienes quiera que sean.
 
Ceder a la guerra es un retroceso. Es el signo de que la violencia todavía es una brecha por donde nos precipitamos. Resignarse con la guerra ya es un fracaso.
 
proche et solidaire 
Los musulmanes con los que hablo entienden esto. Temen, a pesar de todas las voces que lo han desmentido, que se confunda el terrorismo con el Islam. Saben que para muchos, ellos se convertirán en sospechosos. 
Los palestinos de los territorios ocupados tienen sobradas razones para estar preocupados. La guerra contra el terrorismo vendrá a legitimar las intervenciones del ejército israelí para la opinión pública internacional.
 
Con motivo de cada atentado suicida, podrán ejercer la represión de forma desproporcionada y despiadada.
En cuanto a los países sospechosos de dar cobijo a los terroristas, con razón temerán lo peor. Una vez más, los pueblos pagarán los platos rotos de la guerra.
 
Si entramos en el ciclo de la violencia con la voluntad de ejercer represalias, nos alejamos de la paz. La guerra siempre es fuente de nuevas injusticias. La paz que se consigue por la fuerza de las armas no puede ser duradera porque no se fundamenta en la justicia. Lo que crea la paz es la justicia entre los pueblos.
 
El acontecimiento dramático del 11 de septiembre de 2001 podría ser una ocasión para construir de otra manera el siglo que viene, con un espíritu de justicia y de paz y no con espíritu de represalias y de dominación. Es un alumbramiento difícil.  autre monde est possible
 
Mantengamos la esperanza de que otro mundo sea posible, con el sueño que movió a Martín Lutero King durante su larga marcha de la libertad en Estados Unidos: el de la igualdad entre todos los humanos.