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El encuentro de Camp David
Acabo de enterarme por la radio, las negociaciones de Camp
David han fracasado. No me sorprende ni decepciona ya que yo
no tenía muchas expectativas sobre este encuentro llamado
de la última oportunidad.
En efecto, las injusticias cometidas con el pueblo palestino
no pueden convertirse en condiciones de paz. Allí, la
vida cotidiana de los palestinos está hecha de violencia.
Tantas frustraciones, violencias y decepciones se han acumulado
en el transcurso de los años! Tanto si se trata de los
refugiados en los campos como de los presos políticos,
de los trabajadores palestinos, o de las colonias judías
o el problema del agua... La exasperación de la juventud
no ha cesado de crecer en Cisjordania y Gaza.
Un estado palestino, independiente y soberano habría facilitado
una paz justa y duradera. Siempre se le ha negado. No se puede
hacer la paz prescindiendo de los pueblos implicados y sin pagar
el precio, o sea, el precio de la justicia.
Jerusalén, ciudad codiciada y punto de mira de todas las
pasiones, sigue siendo la manzana de la discordia. El Vaticano
tiene razón cuando reclama incansablemente un estatuto
especial para Jerusalén, con garantías internacionales
que salvaguarden el carácter sagrado de la ciudad.
Los fracasos de Camp David pueden tener algo positivo: concienciar
en mayor medida a los países árabes, a las instancias
internacionales, a las Iglesias cristianas de su papel par ayudar
a solucionar este conflicto histórico que nos concierne
a todos y que ya ha durado demasiado. Mientras esperamos la proclamación
de un Estado palestino el próximo 13 de setiembre...¡después
de tan larga espera! |