Catecismo electrónico de Noviembre 1998

Como un niño

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Extranjeros sin papeles













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El equipo que trabaja en este catecismo os propone cada mes dos textos. Agradecemos vuestras sugerencias para mejorarlos.

Quisiéramos que este catecismo fuera una construcción común. No dudéis en someternos otros temas.

 


COMO UN NIÑO

 

"Dejad que los niños vengan a mí, porque de los que son como estos es el Reino de Dios".

Lo que parece resaltar esta palabra del evangelio es la confianza que el niño deposita en el adulto, en sus padres primero. Confianza forzosa porque nace en condiciones de extrema vulnerabilidad y de completa dependencia. De un modo analógico, en Dios sólo podemos confiar, debido a nuestra incertidumbre acerca de nuestro último destino y a nuestra incapacidad para adquirir al respeto seguridad alguna.

Para evitar la desesperación, Jesús en la cruz sólo tuvo esta solución: "Padre en tus manos encomiendo mi espíritu". Ponerse en las manos de otro en quien confiamos es una actitud cristiana. Pero el niño también representa al otro que se instala entre sus padres. Nunca dejará de hacerles notar esta alteridad. Incluso en su dependencia, posee una poderosa capacidad de autonomía. El nacimiento es el primer paso hacia la autonomía, más tarde vendrá el destete, aprender a caminar, ser limpio, el colegio y los conocimientos de toda índole que adquiere, la pubertad y por fin la edad adulta en que se hace semejante a sus padres. Todo ello puntuado, desde el primer llanto, de actos que manifiestan la voluntad de ser él mismo. Respondiendo a esta volunyad, la educación tiene como meta desarrollar la autonomía del individuo. La palabra de Jesús acerca de los niños no podía dejar de tener en cuenta este dinamismo vital presente en el niño. De ello se deduce que el Reino de Dios es de los que son autónomos, de los que desarrollan todas sus capacidades y potencialidades humanas. Aquel o aquella que se conforme con enterrar su "talento" en lugar de hacerlo fructificar no participa en el Reino.

Confianza y autonomía no son antinómicas. En la misma medida en que el niño pueda confiar podrá al mismo tiempo desarrollar su personalidad. Por eso el evangelio es duro con los que abusan de la confianza de los niños: "Más vale que le pongan al cuello una piedra de molino y sea arrojado al mar". Y recordamos a todas las pequeñas víctimas de la pedofilia y de esclavitudes de todo tipo. Si Dios traicionara nuestra confianza, sería sometido al mismo juicio. Ya no se trataría entonces del Dios de los cristianos. Por lo contrario, considerarse como hijo de Dios es ser incitado a tomar su plena responsabilidad en el desarrollo humano. Así como un niño no está en competencia con sus padres, tampoco la actuación del ser humano le hace sombra a Dios. Ireneo, obispo de Lyón, decía en el siglo II: "La gloria de Dios es el hombre de pie." La alegría y el orgullo de los padres también es dar a luz, en el transcurso de un parto que dura unos veinte años largos, a seres humanos, mujeres y hombres, dignos de este nombre.

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EXTRANJEROS SIN PAPELES

 

Los países de la Comunidad Europea endurecen su legislación con los extranjeros. Unas leyes represivas los convierten en sospechosos. Leyes cuya aplicación resulta a menudo inhumana.

Los extranjeros sin papeles son abocados a la desesperación y viven en las inseguridad cotidiana.. "Sin papeles", no existen. Son unos "Sin derechos"

?Quien será el testigo de la angustia de estas familias y de esos jóvenes que recorrieron en vano el circuito de los trámites administrativos para ponerse en regla? ?Quién comprenderá su miedo a ser expulsados del país?

Desesperados, ocupan iglesias, inician una huelga del hambre, no vacilan en poner su vida en peligro. Los que son arrestados por la policía conocen los siniestros centros de retención. Campos de sufrimiento aislados del resto del mundo.

Se los llevan por la fuerza en los aviones, esposados, "sellados" con cinta adhesiva, a veces drogados. Ha habido muertos. Un escándalo y una vergüenza.

En un contexto económico difícil, la opinión pública no es favorable a los extranjeros que cargan con la responsabilidad de todos nuestros males. El lugar de los cristianos está junto a ellos. Antes de ser un problema, un extranjero es un ser humano. Antes de ser un "sin papeles", es un hermano. "Era forastero, y me acogisteis" ( Mateo 25,35)

?El hecho de que los extranjeros, musulmanes en su mayoría, elijan ocupar iglesias buscando refugio no es acaso una llamada a los cristianos? Las Iglesias son portadoras de un gran mensaje de liberación para el hombre. En sus tradiciones, están relacionadas con la acogida al extranjero.

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