Catecismo electrónico de Febrero de 2001 

       
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Una nueva etapa

Ya pasaron tres años desde que un equipo se puso a trabajar para hacer un "catecismo de otra manera". Se trataba de reflexionar sobre cuestiones relacionadas con nuestra vida y la cuestión del sentido.
La intención de partida era hacerle eco a Jesús en nuestras situaciones presentes. ¿Jesús no provocó un inmenso eco en los y las que se unieron a él?

Nos reunimos cada mes, sometiendo nuestro trabajo a la apreciación de los otros. Mejoramos y nos enriquecimos gracias al diálogo y a la confrontación. Poco a poco, encontramos nuestro ritmo de trabajo y hoy podemos dar testimonio de que esta experiencia nos ha dejado una huella importante.

Muchos de vosotros nos han dicho lo mucho que les habían beneficiado los textos del catecismo y que los habían utilizado. Esperábamos que este trabajo fuese interactivo; pero lo fue escasamente.

Hoy, deseamos pasar a una nueva etapa proponiendo una lectura actualizada de los textos bíblicos. ¡Constatamos con alegría que pequeñas comunidades actualizan y rejuvenecen con acierto los textos evangélicos!

Vosotros también, aportadnos vuestras lecturas del Evangelio, nutridas con vuestras experiencias y vuestra fe.

Jacques Gaillot

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La oveja perdida  La brebis perdue 

Aquel día de diciembre estaba lluvioso y frío, declaradamente inhóspito. El pasaje de Evangelio propuesto a nuestra pequeña asamblea era de sobras conocido: la parábola de la oveja perdida. Todo el mundo cree conocerla y piensa que puede repetirla incluso de memoria.

Y, sin embargo, fue un momento impactante, uno de esos momentos con encanto, de gracia, que siempre se recordarán.. "¿Cómo seguir temiendo a Dios después de un relato así? ¡con un Dios tan atento a cada uno de nosotros!" Dijo una mujer citando a la inversa las palabras del difunto papa Pablo II: "Al atardecer de mi vida, tiemblo a la hora de presentarme delante de mi juez". "Por otra parte, añadía, ¿Por qué en este período de Adviento hemos de hablar tanto de "reconciliación", de penitencia? Para mí, es un tiempo de encuentro..."

Una segunda reflexión extrañó a más de uno. En estos tiempos de candidatura controvertida a la presidencia de Estados Unidos, veo en este texto la capacidad de "manager" de Dios. Podríamos darle el título de "manager del año" ¿Hoy día, un ejecutivo no es aquél que con demasiada frecuencia decide despidos por motivos de reestructuración? Paralelamente, se habla de esas "empresas ciudadanas" atentas a los recursos humanos y que gozan de un capital de confianza. En el Evangelio, el buen pastor no consiente que se le pierda una sola de sus ovejas. No se resigna. Él es quien levanta al caído, quien busca una actitud de progreso en sus interlocutores.

Aquel día hubo otras palabras más, de las que iluminan la vida. Pero, para mí, la más hermosa fue la de una de nuestras compañeras mayores, que dijo con una vocecita tímida: "Además, en el texto, no se habla de una falta cometida por la oveja perdida. Pudo tal vez ser víctima de un accidente".Comprendí, entonces, hasta qué punto la lectura de esta parábola tenía para mí la connotación sobre entendida de una falta presupuesta, casi la de un miserable, de un miserable súbdito de Dios.

Bajo la lluvia fina que seguía cayendo, me marché con el corazón bien caliente parafraseando otro texto: "La lectura del Evangelio, en asamblea de Iglesia, es como un tesoro del que cada cual saca continuamente lo viejo y lo nuevo".