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Septiembre de 2004 

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Los escándalos de Moisés
   

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Los escándalos de Moisés
(Éxodo Cáp. 3)

Moïse Desde la zarza ardiente, Dios se le manifiesta a Moisés revelándole su nombre -un nombre de múltiples interpretaciones: "Yo soy". Pero, primero, le dijo: "Quita las sandalias de tus pies porque el lugar en que estás es tierra sagrada". 

Las sandalias nos protegen del contacto directo con el suelo, las espinas, las piedras. Vayamos donde vayamos, nos evitan las heridas producidas por el camino.

Quitarse las sandalias es adherirse a la tierra, dejar pasar por el cuerpo las energías telúricas, el empuje de la vida cósmica. 

aadhérer à la terre

Adherirse a la calla, con sus violencias, sus pobres y excluidos de toda índole. Es estar arraigado en una sociedad que pierde pie, un planeta que se ahoga, o sea, quitarse las sandalias es hacerse vulnerable, frágil, indefenso, estar afectado por lo que afecta al otro, su desdicha y su felicidad.

ôter les sandales También nos quitamos las sandalias para entrar en un lugar "sagrado": signo de respeto. Atravesamos un umbral, dejamos atrás el espacio de lo cotidiano , salimos de la esfera profana para entrar en la de lo sagrado. Al terminar la oración, retomaremos nuestras sandalias para regresar a las actividades profanas. 

Pero lo sagrado es una noción pagana. Noción que aún nos habita: hemos sacralizado la tierra e incluso la guerra. Sacralizado el espacio reservado al culto, los templos y su personal y hasta los objetos. Y todo lo sagrado está señalado con códigos, signos ostensibles. Un mundo separado, apartado. Y hemos colocado a Dios, el "Altísimo", en ese conjunto, reservándonos la tierra. Hemos ofrecido sacrificios sangrientos, sacrificios humanos a ese Dios Moloch. Ante lo sagrado, a la vez estamos fascinados y temblorosos, anonadados.

Pero algo ha ocurrido. Con la muerte de Jesús, el velo del templo se rasgó en dos partes, de arriba abajo, cuando Jesús entregó su espíritu en manos del Padre. De este modo abrió un espacio: "penetramos hasta más allá del velo, adonde entró por nosotros como precursor Jesús" (Hb 6,19), Hemos sido introducido en el santuario como pueblo sacerdotal.

No volvamos a una concepción pagana del mundo y de la vida. Nos hemos revestido de Cristo, hemos pisado un lugar santo, el campo de Cristo. Se sabe que ""(Rt 4,7).

la terre sainte Cuando Yahvé le dice a Moisés: "Quita las sandalias de tus pies porque el lugar en que estás es tierra sagrada", ¿acaso no está hablando con todos y todas las que, siguiendo a Jesús, entraron en santidad, como se recibe una tierra o un campo en posesión? En todas partes, donde los seres humanos estén sin defensa ni protección, en todas partes, para ellos, ese lugar es santo. 

(extracto de una homilía pronunciada por una mujer en una parroquia de París)