Cuaderno de bitácora de noviembre de 2006

		La verdad asesinada	En el monasterio de Saint Gérold
		En el hospital	Las citas de la historia
		Bibliographie

		La verdad asesinada El atrio de Nuestra Señora de París reúne a todos los que han venido a protestar contra el asesinato de Anna Polikovskaia en Moscú. También es una ocasión para rendir homenaje al valor extraordinario de esta periodista obsesionada por la verdad, que no tenía miedo a nada y avanzaba sin defensa.    Se negaba a esconderse e iba sobre el terreno. Se atrevió a romper un tabú cuando fue a investigar sobre la guerra sucia a Chechenia. Unos amigos de la periodista rusa reclamaban la verdad sobre su muerte. "Ana murió por nosotros, para que conozcamos la verdad" "¡Cada vez que Putin sea recibido en una capital europea, estaremos allí y le preguntaremos qué pasa con la creación de una comisión de investigación internacional sobre el asesinato de Anna Polikovskaia!"  Esta periodista de alma rusa era una mujer libre en un país donde hay que plegarse a la conformidad de lo que piensa el poder. Allí la prensa está amordazada, y Anna se atrevió a hablar. Pagó el precio de sus declaraciones. Han acallado la voz de Anna. Pero esta voz nunca ha tenido tanto eco desde su desaparición.
		En el monasterio de Saint Gérold Esta región del Vorarlberg, en Austria, me encanta por sus montañas y sus bosques. Las aldeas reflejan la armonía de la naturaleza. El monasterio atrae a mucha gente debido a la belleza del lugar, y también por la paz que proporciona. El responsable, un monje benedictino, vestido con su hábito negro, está siempre presente para acoger a cada uno y cada una, como si no tuviera nada más que hacer.  Tuve la sorpresa de encontrarme al llegar con un grupo de alemanes de la región de Colonia, que vinieron con su amado cura. Son cristianos en libertad. Para mí amigos. Participan en la charla que doy sobre el futuro del cristianismo.  ¿El futuro no es que haya, justamente como ellos, comunidades cristianas adultas que sean fermentos de humanidad, testigos del Evangelio liberado y liberador sabiendo que la lucha contra la injusticia necesita conservar la solidaridad eclesial? La Iglesia está repleta para la celebración de la Eucaristía. Es la fiesta de las cosechas. Los niños vienen a depositar delante del altar sus cestos llenos de frutos de la tierra y del trabajo de los hombres. En el momento de rezar el Padrenuestro, todo el mundo se da la mano. ¡Un gran momento para los niños!  El Evangelio del día habla de un exorcista, ajeno al grupo de los discípulos, que cura a un poseso en nombre de Jesús. Los discípulos reaccionan mal ¿no es eso una competencia desleal? Jesús invita a la apertura y a la confianza. Lo esencial no es pertenecer a un grupo sino curar a un poseso, que padece angustia y enajenación. ¿Acaso Dios no está presente en todo lo que libera al ser humano para devolverlo a sí mismo?
		En el hospital Esperamos a que lleguen las ambulancias. En el vestuario del gimnasio, tumbados sobre colchones, los sin papeles en huelga del hambre han aceptado ser ingresados y volver a alimentarse. En el 45º día de su lucha, es un alivio para todo el mundo porque estaban determinados a ir hasta el final. Sus reivindicaciones: la legalización de los sin papeles, el realojamiento de las familias y el respeto de la escolarización de los niños. Estas garantías habían sido concedidas. Los huelguistas salen uno tras otro en una camilla bajo los aplausos de la multitud y el crepitar de los flashes. Yo monto en una ambulancia: uno de ellos quiere que yo esté con él y no su compañera. Sin duda por seguridad. Siempre tiene miedo a ser detenido por la policía.  A la llegada al hospital la acogida es cálida. El profesor de la planta espera con todo su equipo. Las habitaciones tienen todo el confort necesario. Ya pueden empezar los cuidados y las pruebas. Unos días más tarde, se celebra una rueda de prensa en una gran sala del hospital. Nuestros convalecientes vienen en sus sillas de ruedas. ¿Qué dicen ante las cámaras? Dan gracias a todos con generosidad. Desean poder vivir al fin como todo el mundo. En paz. Se pasa página. Estoy junto a Josiane Balasko, actriz. Con el paso de los días nos hemos hecho amigos. "Vamos a tomar un café, me dice, nos sentará bien".
		Las citas de la historia En Blois, (170 km de París), se celebra un festival "las citas de la historia" que reúne durante un fin de semana una serie de eventos: feria del libro, debates, conferencias, ciclo de cine, exposiciones de fotografía… Yo participo en una mesa redonda en un anfiteatro abarrotado sobre el tema: "¿Hay que alimentar a los pobres?" Esta cuestión está siempre de actualidad. Se plantea el día en que el premio Nóbel fue entregado a un bangladeshí, el banquero de los pobres, por su guerra contra la miseria. Este hombre ha sabido hacer que los pobres se hicieran responsables y actores de su trabajo.  No se conformó con ayudarles. Cuando les damos una mano a los pobres para que salgan de la pobreza hacemos venir la paz. La inseguridad alimenticia sigue existiendo y para muchos comer es una lucha. Asistir a los pobres es alimentar su situación de exclusión. Existe una práctica del donativo que coloca al otro en situación de dependencia y desigualdad. La práctica del intercambio es lo que mantiene la igualdad. Los pobres no deben ser meros beneficiarios sino socios. De ahí la necesidad de respetar el derecho. La caridad debe aliarse con la justicia.  Pero "no sólo de pan vive el hombre". Muchos participantes reclamaron el derecho de los pobres al acceso a la cultura.