|
|
1995 - 2005: diez años
al servicio de los «sin»
- Hace diez años te convocaron
a Roma ¿Qué recuerdo conservas del encuentro que
tuviste en el Vaticano?
|
Asistí a un proceso sin abogado y a una sanción
sin apelación. En media hora todo estaba concluido. La
ida y vuelta Evreux-Roma en el tren de la noche no me sirvió
más que para oír esta sentencia:«Mañana
le será retirado su cargo de Evreux. Al mediodía». |
No me esperaba esto. Un escándalo. Yo tenía un
sentimiento de injusticia. Una injusticia que afectaría
a mucha gente. Al revocarme a mí, otras personas que yo
se sentirían sancionados.
Entonces me dije: «El mañana está por hacer.
Comienza una segunda vida para ti. ¡No hay un instante
que perder!».
Desde tu vuelta a Francia, millares
de personas se han movilizado para apoyarte. ¿Qué
recuerdo tienes de esas manifestaciones, de tu última
Misa episcopal en Evreux?
Recuerdo en primer lugar un obispado ocupado. Volviendo de
Roma, tenía prisa por llegar a Evreux. Pero
por vez primera no conseguía entrar en el obispado: estaba
invadido. Había gente en todas las estancias. Desde que
había oído la noticia por los medios de comunicación,
la gente tuvo el reflejo de acudir masivamente al obispado. |
|
|
Luego, sobre todo, la última Misa en la Catedral, forma
parte para mí de los grandes momentos de Evreux. El más
bello Pentecostés de mi vida. Dentro y fuera estaban mezclados.
Había no creyentes dentro y creyentes fuera. Las fronteras
se habían esfumado. Todo un pueblo se había alzado
y tomaba la palabra. |
En el 2000, Mons. Billé, presidente
de la Conferencia Episcopal de Francia, había recordado
que tú eras un "hermano entre los obispos de Francia".
En 2005, ¿qué mensaje fraterno desearías
dirigir a tus hermanos obispos?
No me permitiré dirigir un mensaje a los obispos. Comparto
de buena gana mi experiencia.
Mi mirada no está fija en la Institución, pero
la Iglesia católica es mi familia.
-
-
-
- Cuando se parte del mundo de la exclusión, todo
se puede transformar en la Iglesia. La evolución del mundo
es una oportunidad para volver al Evangelio, descubrir otras
maneras de vivir, recobrar el sentido de la creación,
ser capaz de algo nuevo. « ¡A vino nuevo, odres nuevos!
»
Desde hace diez años, Partenia
ha llegado a ser un movimiento al servicio de los "sin".
¿Cual es la palabra de Jesús que te guía
cada día, en esta misión de obispo?
«Lo que habéis hecho al más pequeño
de los míos, me lo habéis hecho a mí».
Es una palabra que llevo dentro.
-
-
Solidarizándose con los excluidos que la sociedad no cesa
de fabricar, uno no puede hacer otra cosa que comprometerse por
los caminos de la justicia y de la paz. No se edifica el futuro
sobre la injusticia. La Iglesia nunca es ella misma sin los pobres.
|