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Contra la guerra en Irak
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Una vez más, me encuentro en una manifestación
en las calles de París contra la guerra en Irak. Los manifestantes
no son multitud, por desgracia, pero están ahí,
recordando que la paz descansa entre nuestras frágiles
manos. Bajan a la calle para que les oigan. En una pancarta puedo
leer: "Declaramos que la guerra está fuera de la
ley". |
Me alegro al volver a ver a unos jóvenes militantes
que pelean sin armas por la paz. No se resignan diciendo como
tantos otros: "¿De qué sirve? De todos modos,
la guerra contra Irak ya está decidida". No. No hay
fatalidad. La paz es un combate. Es cosa nuestra.
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Están mundializando la guerra en lugar de la paz. |
El progreso social, el respeto de los derechos humanos,
el desarrollo, la salud, la protección del entorno, la
diversidad cultural están en peligro debido a la mundialización
de las relaciones económicas sin más reglas que
la de la competencia y el mercado. Muchos jóvenes, por
todo el mundo, se alzan para protestar contra este orden injusto
¡se puede decir que llevan la paz en sus manos! |
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Preguntas de los jóvenes
Antes de una intervención en un colegio de Bélgica,
los jóvenes me habían enviado sus preguntas. Despertaron
mi interés las expectativas que expresaban con sencillez. |
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Por supuesto, había preguntas de tipo personal,
por ejemplo: "¿Durante cuanto tiempo tiene usted
intención de seguir con lo que está haciendo?"
O relacionadas con la Iglesia: "¿Por qué,
de verdad, se necesita de la Iglesia?". La mayor parte dejaba
translucir sus preocupaciones: "¿qué es la
vida?". "¿En qué consiste la felicidad?"
"¿Qué es lo más importante para llevar
una vida feliz?" "¿Podría decirnos algo
respecto a la amistad, el amor, el enamoramiento?".
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Así es, a estos doscientos jóvenes que escuchaban
con atención les preocupaba en especial estar bien consigo
mismos, vivir de un modo feliz, vivir de una manera verdaderamente
humana, ser uno mismo, amar y ser amados. El deseo de vivir y
de amar hoy. |
Esta experiencia es la que les preparará sin duda
para abrirse a la familia humana y a la solidaridad con los más
débiles de la sociedad.
Durante casi dos horas hemos vivido en un clima de alegría
y amistad, felices de estar juntos, dejando constancia de que
había correspondencia entre las cuestiones planteadas
y lo experimentado en la vida del grupo. |
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Apoyo a un ciberdisidente
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Unos tunecinos, militantes de derechos humanos, me pidieron
que presidiera un comité de apoyo a Zuhair Yahayaui. No
pude negarme. El más conocido webmaster tunecino es un
puro rebelde que prefiere renunciar a todo antes que ser cómplice
de un sistema al que no adhiere. Su sentido del humor hace maravillas.
Pero es un arma temible. El presidente Ben Ali, una de sus víctimas,
no soporta ser objeto de burlas. |
Zahair fue detenido a la par que clausurada su página
y embargado su equipo. Lo condenaron a dos años de cárcel
en condena firme. Todo por haberse atrevido a criticar al régimen
de Ben Ali en su forum "Tunezine" en Internet.
Nuestro amigo se encuentra en una cárcel donde las
condiciones son muy duras. Para su cumpleaños, le han
enviado montones de tarjetas postales; una forma de mostrarles
a las autoridades que una gran red le sostiene.
Como él, un millar de tunecinos están en la
cárcel, privados de libertad por sus opiniones. Túnez
se convirtió en una gran cárcel de invisibles barrotes. |
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Cliquez le site: Tunezine |
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Expulsión en Choisy-le
Roi
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Es de noche y hace frío, allí estamos unos cientos
de personas en las afueras de París, en Choisy-le Roi,
donde han expulsado a unos gitanos y rumanos instalados en chabolas. |
Protestamos contra la brutalidad desproporcionada de la
intervención policial. La policía se paró
y dispersó a esta pobre gente para luego destrozarles
las chabolas. Tanto las autoridades gubernamentales como las
municipales han violado la tregua invernal de las expulsiones.
Cada uno a nuestro turno, tomamos la palabra para poner
de manifiesto nuestro apoyo a las familias gitanas y denunciar
las violencias que se ejerce con los más pobres entre
los pobres. Destrozando chabolas y dispersando a los que viven
en ellas no conseguirán que desparezca la miseria.
Nuestra sociedad pierde su honor y se fragiliza cuando no
respeta los derechos fundamentales de los gitanos. ¿A
quien le tocará mañana? |
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