Cuaderno de bitácora de Septiembre de 2002

    En Nigeria  Gritos de dolor 
    En pleno vuelo 
Archivo de Partenia Bibliographie
    Historia de Partenia, Biografia de Obispo Jacques Gaillot
   

Partenia

Cartas

Cuaderno

Biblia

Edición especial

En Nigeria

Desde Uagadugu (Burkina Faso), me traslado en coche hasta Niamey, la capital de Nigeria. La distancia es de 530 Km. Los nigerianos que me acompañan tienen tiempo de sobra para hablarme de su país. Nigeria cuenta 11 millones de habitantes y de ellos sólo 20.000 son católicos. Más del 70% de la población tiene menos de 25 años. ¡La tasa de escolarización no pasa del 35 %! Nigeria es casi el último país del mundo con respecto al desarrollo humano.

Mosquée à Niamey  El Islam es omnipresente, con una influencia creciente de los grupos musulmanes integristas, a menudo violentos. 

De momento, dejan tranquila a la Iglesia. Parece una hormiga que camina sola. No apetece aplastarla ¡Es despreciable! ¿Y el SIDA? ¡Es difícil saber! No existe ninguna estadística. Los musulmanes no quieren que se diga que los países donde ellos son inmensamente mayoritarios estén tan afectados como otros por esta enfermedad. Los países cristianos depravados son los que más padecen del SIDA, dicen.

La hambruna está presente en estado endémico ya que las estaciones de las lluvias son malas. La miseria está en todas las familias. Los dos tercios de familias disponen de menos de un dólar al día.

La mayoría de los jóvenes no encuentran trabajo. Los mejores quieren emigrar a Europa o a América del Norte. marché

No dicen "marcharse es morirse un poco" sino "quedarse es morirse por completo". 

Ante esta situación de miseria y de ignorancia, me pregunto por qué no se da una explosión social, una guerra civil. Siempre hay rumores de golpe de estado, de motines y revueltas. Pero la religión musulmana da una gran cohesión a la población. Enseña a practicar la paciencia y la resistencia.

chrétiens en Niger  Animé un retiro con trabajadores permanentes de Iglesia,  

con agentes de desarrollo, religiosos y religiosas, curas y obispos. Vinieron 65 de todo Nigeria.

A pesar del calor que me agobiaba y de la lluvia que no acababa de caer, sentí la alegría que me daba descubrir una Iglesia cada vez más africana y nigeriana. Una Iglesia que es una semilla creciendo, un fermento de humanidad. Es la sal que da sabor.

     

Retrospectiva

archivo

Historia

Link

E-mail

 

 

Gritos de dolor

Ahmed es un joven militante de derechos humanos a quien admiro mucho. Participa en las luchas de los sin papeles y de los que tienen mala vivienda. En la segunda vuelta de las elecciones, formó parte del "Movimiento espontáneo" de los jóvenes que se han alzado contra el Front National.

pas l'injustice  No soporta la injusticia y está presente en todos los frentes. Durante una concentración en Estrasburgo, fue detenido por la policía y acusado de haber golpeado a un agente. 

Encarcelado en Estrasburgo, Ahmed me escribe esta carta conmovedora que deja oír los gritos de dolor de los presos, esos gritos que resuenan tantas veces en los Salmos.

"Tu confianza llega a lo más profundo de mí. Dicen que me han puesto en una celda de aislamiento, pero ¿cómo se puede aislarme de la lucha y del amor de Dios y de los seres humanos?

Estando aislado, lo más duro son los gritos que llegan hasta mí desde las otras celdas.  les cris de douleur

Aúllan Jacques, y creo que si de verdad yo hubiese golpeado a aquel policía, aullaría como ellos. Creo que si mis compañeros detenidos chillan y lloran, es porque creen que están solos, algunos privados de sus esposas y de sus hijos, o de sus amigos-as. La cárcel no está hecha para quitar el odio.

Hasta pronto hermano mío. Te quiero. Ahmed"

   

 

     
   

En pleno vuelo

pilotage  En el avión que me traía de vuelta de Montreal hacia París, una azafata me transmitió el deseo del comandante de invitarme a la cabina de pilotaje. No podía negarme. Sentado entre el comandante y un joven capitán, admiraba en la noche como amanecía la luna. La conversación no tardó en orientarse hacia las jornadas mundiales de la juventud que acababan de celebrarse en Toronto. 

"Yo no estoy a favor de esas grandes concentraciones y de ese estrellato del papa" soltó el comandante. "¿Usted qué opina?. "Los jóvenes que vuelven de Toronto y que llenan su avión están entusiastas. Al hablar con ellos vi como sus rostros reflejaban la alegría del Evangelio y la belleza de la fe. A estas jornadas les encuentro una limitación debida a la ausencia del continente africano. No sólo porque el costo es alto, sino, sobre todo, porque la mayoría de los jóvenes africanos no han conseguido visados"

"Yo soy agnóstico, declaró el comandante. Cuando me casé por la iglesia, le dije al cura: no pronunciaré ninguna palabra ni haré ningún gesto que pueda dar a entender que soy creyente. Pero creo que la Iglesia Católica tiene que desempeñar un papel para defender los valores de la sociedad. En otros tiempos discrepaba de lo que dijo el papa sobre el SIDA. Hoy pienso que tenía razón: forma parte de un sistema y no puede hacer otra cosa que no sea defenderlo. Su papel es recordar los principios, enseñar lo ideal. Si no rompe el sistema"
"Con sistema o sin él, repliqué, lo importante es defender al ser humano. L'amor está antes que la ley. La vida antes que los principios. El sábado se ha hecho para el hombre y no a al inversa" El joven capitán que había estado callado hasta entonces, me apoyó con ardor. ¡a la conversación no le faltó su salsa!

coucher de soleil sur l'Atlantique  Al salir de la cabina, vi al personal de a bordo comiendo, mientras los pasajeros dormían. Me ofrecieron queso y un excelente vino de Burdeos. 

Uno de ellos llamado Dominique me pidió lo siguiente: "Estoy casado desde hace un año, perdí mi anillo que estaba bendito bañándome en Isla de Reunión. Compré otro. ¿Puede usted bendecirlo?" Dominique colocó su anillo en la palma de mi mano. Rodeado del personal de a bordo, pronuncié la bendición solicitada. Estaba encantado.