Cuaderno de bitácora de Noviembre 2001 |
Concentración por la paz Plaza de la République en París, nos congregamos en multitud en una hermosa tarde de otoño. Oportunidad de tener múltiples encuentros con militantes y militantas que sólo veo en estas ocasiones. Distribuyen pasquines con tanta generosidad que necesitaría una bolsa para ponerlas. Entre todas las banderas que ondean, busco la del "Mouvement pour la Paix" (Movimiento por la Paz). Pertenezco desde hace mucho tiempo a este Movimiento, con él desfilaré hasta la plaza de la Nation. Rodeado de mujeres, sujeto con ellas la pancarta donde reza: "No a la guerra. Sí a la paz".
Unos jóvenes fotógrafos caminan hacia atrás y tropiezan tomando fotos. Unos periodistas hacen las mismas preguntas: "¿Por qué está usted en esta manifestación? ¿Si no se hace la guerra, qué otra cosa se puede hacer?". La televisión argelina, por su parte, se preocupa: "En nuestro país hace tiempo que existe el terrorismo y nadie ha dicho nada". No lejos de nosotros, en el cortejo, el colectivo de mujeres argelinas d ala respuesta. Desde hace tiempo, con una determinación ejemplar, estas mujeres no cesan de denunciar el terrorismo que destroza su país. ¿pero, quién les escucha? |
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La película, rodada en Palestina en el transcurso del viaje de dos delegaciones francesa, se estrena en el Instituto del mundo árabe. La afluencia es tal que tendrán que poner dos sesiones porque hay tanta gente en el gran anfiteatro como fuera. ¡Fue para mí una alegría encontrarme con esos compañeros de ruta que formaron parte de la expedición en los Territorios ocupados! ¡Juntos vivimos tantos momentos intensos y duros!
Con razón se dice que una imagen vale más que mil palabras. Lo que vemos importa más que lo que se pueda decir. Más vale una película que una conferencia, a no ser que se unan ambas. Oí con emoción aquel grito de cólera de un joven palestino que vive en un campo: "Desde que nací, mi vida está encarcelada. Han robado mi vida y mi futuro. Me impiden vivir mi vida". (images: Institut du monde arabe): Link: Institut du monde arabe |
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Tuve la suerte de marchar a Quebec con dos personas de la Asociación Partenia de París para participar en un forum sobre el voluntariado. El público estaba motivado. Me preguntaba cual podría ser el contenido de mi intervención, sabedor de que el sentido y la evolución voluntariado suscitan hoy tantos puntos de vista. Después de haber escuchado las exposiciones y los debates, se me ocurrió la idea de hablar con los voluntarios ¿Qué ha sido de los voluntarios después de tantos años al servicio de los heridos de la vida? Estamos pendientes de lo que hacemos por los demás, pero lo estamos mucho menos por lo que recibimos de ellos. Nosotros les aportamos mucho pero ¿qué nos enseñan ellos? Es un choque como respuesta. Al hilo de los años, nos hemos vuelto más humanos, más libres interiormente, con un corazón lleno de compasión? Y si somos discípulos de Jesucristo, ¿Cómo evolucionó nuestra forma de creer, de orar, de comprender el Evangelio? Después de mi intervención y unas cuantas predicaciones en iglesias, me dejé pillar por unos amigos de "Évangélisation 200" que me trajeron de vuelta a Montreal para estar con ellos y también para trabajar con ellos, justo enfrente de mí. |
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17 de octubre de1961
Hace cuarenta años, un drama tremendo se producía en el corazón de París. Decenas de miles de trabajadores argelinos y sus familias se manifestaban pacíficamente contra el toque de queda racista que le era impuesto. Aquel día, los policías, obedeciendo órdenes de sus superiores, mataron a casi doscientos manifestantes.
Hoy, les recordamos. Se empiezan a abrir los archivos. Los testigos hablan. Se celebran manifestaciones. Acabo de ver un documental sobre esta redada: "Le silence du fleuve" (El silencio del Río). Espero que algún día, en nuestros libros de historia de Francia , se enseñe lo que ocurrió el 17 de octubre de 1961. |
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