Cuaderno de bitácora de Enero 2001

    Con los Masones (Amiens)  En la mezquita de Adda'Wa (París)  
    Turbulencias  Delante de la cárcel de Santé (París) 
    Velada-debate con los estudiantes 
Archivo de Partenia Bibliographie
    Historia de Partenia, Biografia de Obispo Jacques Gaillot
   

Partenia

Cartas

Cuaderno

Catecismo

Edición especial

Con los Masones (Amiens)

Todos van vestidos de negro, dignos y tiesos, atento el ademán. Pertenecen a distintas logias. Algunos vienen desde muy lejos.
Noto que está por hacer cierta domesticación y que necesito dejarme acoger. Paulatinamente, durante la intervención, los rostros se han ido distendiendo. Por allí pasó un soplo de humanidad. La comida terminó de dar un carácter festivo y fraterno al encuentro.
En el transcurso de la velada, al oír sus preguntas, yo decía para mis adentros: ¿Qué imagen de la Iglesia tendrán? Tal vez sea la imagen de una Iglesia que hace sufrir a la gente o la de una Iglesia que hace notar su poder...
Como siempre, siempre nos construimos en el diálogo. En el encuentro con el otro recibo mi propia identidad. Necesito de los otros. Ellos me necesitan a mí. Después de la velada, un masón me confesó: "Usted me ha acercado a la Iglesia"

     

Retrospectiva

archivo

Historia

Link

E-mail

 

 

En la mezquita de Adda'Wa (París)  La meszquita

Como cada año, me han invitado a participar en una comida de ruptura del ayuno del ramadán organizado por el Centro sociocultural de la mezquita Adda'wa. 300 personas ocuparon su lugar en una sala bien decorada. Encuentro muy ecuménico no sólo porque están judíos, cristianos y musulmanes, sino también porque estaban los representantes del mundo asociativo, cultural y político.
Me alegré de volver a ver al Rector de la mezquita, Larbi Kechat, un amigo de siempre. Aprecio su fe en Dios, su respeto por los demás y su espíritu de tolerancia.
Después de un excelente cuscús, los ponentes tomaron la palabra sobre el tema anunciado: "Por una ciudadanía participativa". A mí me tocó hablar de los que no tienen acceso a la ciudadanía.
En el transcurso de aquella velada en una clima de buena convivencia, yo recordaba a las personas que temen al Islam y que, a veces, me avisan de sus peligros. Me hubiera gustado que estuvieran allí aquella noche descubriendo otro rostro del Islam. Un Islam con el que se puede vivir en un clima de respeto y de tolerancia.

   

 

     
   

Turbulencias

Esté yo en Évreux o en otra parte, sigo navegando por aguas turbulentas. El asunto de un cura pedófilo es grave ya que se sabe que un joven lo padeció.
Este joven tuvo la valentía de romper el muro del silencio dirigiéndose a la justicia. Siento pena junto con él y su familia, y la diócesis de Évreux. Yo había admitido a este cura canadiense de Quebec en la diócesis y le había confiado una parroquia, como es normal que me toca estar en primera línea.
El asunto tomó amplitud mediática. Con mi abogado, redactamos, el 8 de diciembre de 2000, un comunicado de prensa que indica mis motivaciones en el momento que tomé las decisiones.

"Antes de decidirme a acoger a Denis Valboncoeur en Évreux, recibí algunas informaciones fragmentarias e incompletas sobre la corta detención que había pasado en Quebec.
Confié en este sacerdote que expresaba un deseo real de reinserción y de rehabilitación.
Con el acuerdo de su superior religioso y el de mi consejo episcopal, Denis Valboncoeur fue acogido en mi diócesis.
Sólo más adelante fue cuando recibí informaciones más detalladas.
Sin embargo, frente a su voluntad de reinserción, y no habiendo ninguna crítica por parte de los feligreses, no me pareció que tuviese que volver sobre mi decisión de acogerlo".

Estos últimos años, la opinión pública está muy sensibilizada ante este problema de la pedofilia. Y me alegro. Tomamos conciencia de los daños causados por los actos de pedofilia sobre la personalidad de los jóvenes. Nuestra responsabilidad, en este ámbito, está más comprometida. Mi reflexión ha evolucionado, y hoy ya no tomaría la misma decisión.

   

 

     
   

Derrière le mur de la prison  Delante de la cárcel de la Santé (París) 

143 presos políticos vascos, bretones y corsos están dispersos por 28 cárceles francesas. Estos presos está separados unos de otros y alejados geográficamente de sus familias.
Esta situación rompe los lazos de los presos con su entorno social y cultural de origen y les conduce al aislamiento psicológico. Sus familias son penalizadas por el alejamiento y los gastos de los viajes.
Las resoluciones de Naciones Unidas y del Consejo de Europa preconizan su acercamiento y piden que se vele por la conservación y mejora de las relaciones de los detenidos con sus familiares. Pero nada de esto se acata.
Nos encontramos delante del gran muro de la cárcel, del otro lado de la calle, con todas las banderas desplegadas. La policía estaba allí, pero nos dejó actuar. En los pisos superiores, los detenidos estaban detrás de los barrotes de su celda. Con un megáfono, me dirigí a ellos. Me respondió un gran clamor, como un eco. Comunicación un poco surrealista pero que tuvo el mérito de comunicarles a los presos que no los olvidamos.

   

 

     
   

Velada-debate con los estudiantes

Lisez aussi l'article: Homosexualidad, Mayo 1998

Una asociación gay se constituyó en una Escuela Superior cerca de Versalles. Es una iniciativa pionera. Esta asociación organizó una velada sobre la homosexualidad y las religiones. ¿Qué lugar ocupan los homosexuales en las comunidades religiosas?
El anfiteatro está abarrotado. Intervengo junto a un pastor y los copresidentes de "David et Jonathan" (grupo homosexual cristiano).
La velada fue apasionante. Lo que allí se dijo mereció la pena ser oído por todos. No se elige ser homosexual. Se asume la propia homosexualidad. Un homosexual no es responsable en absoluto de la orientación que se impone a él desde su más tierna infancia. Al afirmar que la heterosexualidad es la expresión única de una sexualidad "normal", convertimos la homosexualidad en una nueva herejía, una desviación.
La Biblia habla poco de la homosexualidad, pero cuando lo hace, es para condenarla con dureza.
Se reprocha a la Iglesia que quiera mantener la compasión y la doctrina a la vez. Nos parece bien que la compasión se traduzca en hechos concretos, pero la doctrina debe permanecer intacta. Esta manera de proceder es culpabilizante.
La homosexualidad no deja de interrogarnos por su diferencia. ¿Se tiene en cuenta? ¿Por qué no hemos de reconocer que puede existir felicidad y respeto mutuo dentro de la homosexualidad? Esta velada pide una continuación.