Cuaderno de bitácora de Octubre 2000

    Colectivo anti-expulsiones  En Lourdes  
    La Primera Carta a los Corintios  Bautizos 
Archivo de Partenia Bibliographie
    Historia de Partenia, Biografia de Obispo Jacques Gaillot
   

Partenia

Cartas

Cuaderno

Catecismo

Colectivo anti-expulsiones

Cada semana, los militantes se citan en el aeropuerto de Roissy para oponerse a la reconducción a las fronteras de los sin papeles. Informan a los pasajeros con destino a Bamako. Uagadugu... y reparten octavillas: "Con ustedes pueden viajar personas sin papeles, a menudo ocultadas por una cortina en el fondo del aparato. Estarán esposadas, amordazadas con cinta adhesiva o sedados. Niéguense a ponerse su cinturón de seguridad permaneciendo de pie con los pasajeros y el personal de navegación. Nunca discuta con la policía. Ante su determinación, el comandante de vuelo podrá hacer que desembarquen a los sin papeles".
Estos militantes se dirigen también a los empleados de las compañías aéreas. La "Police Aux Frontières" de Roissy (PAF) no tarda en intervenir para controlar identidades y proteger los lugares de embarque. Han citado a trece en el Tribunal Administrativo de Aulnay Sous Bois bajo la extraña acusación de "¡explotación no conforme de una zona aeroportuaria!"
Un domingo por la mañana, nos encontramos unas cien personas en el momento del embarque del vuelo Bamako-Uagadugu. Los pasajeros africanos son numerosos, con unos enormes equipajes. El ritual se pone en marcha: distribución de octavillas, informaciones, consignas que resuenan en el hall: "Sin papeles expulsados = sin papeles asesinados". "Pasajeros de pie = ninguna expulsión".
El cortejo de militantes se mueve y atraviesa los diferentes pasillos del aeropuerto, con pancartas a la cabeza. La policía sigue, corre, nos adelanta, protege las zonas de embarque pero no interviene en ningún momento. Los pasajeros escuchan y reciben la información con interés. Para muchos se trata de un descubrimiento.
Admiro a estos jóvenes militantes tan cercanos del hombre amenazado y tan alejados de las Iglesias.

     

Retrospectiva

archivo

Historia

Link

E-mail

 

 

En Lourdes

El obispo de Lourdes me invitó a presidir la misa internacional. Una oportunidad que aproveché para manifestar la comunión eclesial. En la basílica subterránea hay concurrencia de día de fiesta.
Perdí la costumbre de estar con mitra y báculo en medio de los obispos. Junto a mí está un obispo italiano, Mons. Bertone, secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Me comenta sonriendo lo sorprendido que le tiene mi presencia. "Estoy donde no me esperan". "¿Puedo decirle al cardenal Ratzinger que he estado con usted, celebrando juntos?. "desde luego". "Puedo decirle a usted que valoro lo que hace".
La procesión se pone en camino, la liturgia es hermosa, en diversas lenguas y con símbolos que todo el mundo puede ver gracias a las pantallas gigantes.
Por la noche, a pesar de las amenazas de tormenta, no quería perderme la procesión de las antorchas. Siempre es lo que más me gusta en Lourdes. Un pueblo alegre se congrega, camina con su luz en la noche. Los niños están encantados. Todo es sencillo y evocador de sentido. Una celebración popular al alcance de todos que le gustará a María...

   

 

     
   

La Primera Carta a los Corintios

En el coche que me trae de regreso a París. El conductor, compañero de luchas, me dice: "Un editor me pidió que hiciese un prólogo a la Primer Carta de Pablo a los Corintios. Quiere publicar un pequeño fascículo, con un precio módico, las Cartas del Nuevo Testamento con un prólogo".
Mi compañero es un científico que se declara más bien agnóstico. "Yo nunca había leído la Primera Carta a los Corintios. Su lectura me ha decepcionado. La forma en que Pablo ejerce el poder, lo que dice de las mujeres... He hecho un prólogo de seis páginas bastante severo".
Al oírlo me sorprendo. Esta carta evoca para mí el conocido capítulo 13 sobre la caridad: "Si me falta el amor nada soy". Y especialmente la experiencia excepcional que Pablo tiene del misterio de Dios. "El Espíritu de Dios ve el fondo de todas las cosas y incluso las profundidades de Dios. Nadie conoce lo que hay en Dios sino el Espíritu de Dios... De este modo somos consciente del don que Dios nos ha dado".
También me sorprende ver que un editor no se dirija a un biblista competente. Pero consigo superar esta primera reacción. Lo que creíamos nuestro no nos pertenece. Tanto la Biblia como el propio Jesús pertenecen a la humanidad. No tenemos monopolio. Y si el apóstol Pablo sale con unos rasguños, esto no podrá impedir que la Palabra de Dios prosiga su camino y ponga fuego en los corazones. 

   

 

     
   

Bautizos

En alguna parte de los Alpes (Hautes-Alpes), una joven pareja cría cabras, dos vacas y hace quesos. Cercanos a la naturaleza, dan importancia a la calidad de vida, son militantes de la Confederación campesina y están muy comprometidos.
Ella querría bautizar a sus dos hijos. Él se resiste para que no se les imponga nada. Pero lo que quiere una mujer...
Así fue como él, insistiendo, vino a verme para que celebrara yo el bautismo.
Los familiares y amigos suben lentamente la colina con una antigua capilla en su cima.. El sol brilla con todo su esplendor. La montaña de los Écrins ofrece a nuestras miradas un horizonte fabuloso. La pareja toma la palabra para acoger a los invitados y dar las gracias al cura que se alegra de estar con nosotros. Dentro de la capilla, estamos todos muy cerca unos de otros, no siento la necesidad de coger el ritual. Todo se desarrolla de forma natural. La palabra brota aquí y allá y crea sentido. Los signos hablan por sí mismos sin que necesitemos explicarlos. Incluso los dos bautizados parecen inmersos en ese clima de amistad y de oración.
Bajamos todos la colina, felices por lo que hemos celebrado juntos. Un "mechoui" (cordero asado) nos espera. ¡La dicha está en la naturaleza!