Cuaderno de bitácora de Marzo 2000 |
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Ser padres hoy En una sala grande y atiborrada del Senado, se celebraba un
coloquio sobre el tema "ser padres en situación de
gran precariedad ". En el auditorio, había trabajadores
sociales, magistrados y muchos "psi". Me invitaron
a tomar la palabra, de primero, para ofrecer mi experiencia.
Junto a mí, un psicoanalista capta mi atención
por la pertinencia de sus observaciones: la exclusión
de los padres se transmite a los hijos. Los padres que infligen
malos tratos siempre han sido niños maltratados. No han
recibido lo que necesitaban para construirse como padres. Ser
padres no es un estado, es una función. ¿Somos
padres? Nos convertimos en padres, a veces dejamos de serlo.
No sólo existen los padres biológicos. El psicoanalista
se vuelve hacia mí, citando a Jesús para apoyar
su afirmación: "¿Quién es mi madre
y quienes son mis hermanos?". Monseñor Romero veinte años después Había venido a Brujas en enero de 1980, unas semanas antes de ser asesinado. Veinte años después, Brujas se acuerda. Un vídeo muestra a este pastor transformado en profeta y convertido por el trato con los pobres mientras la Iglesia de El San Salvador era perseguida. Monseñor Romero tuvo conflictos con los militares, con el gobierno y la Conferencia episcopal, también con el Nuncio y Roma. Supo atravesar todos esos conflictos permaneciendo solidario de su pueblo pobre. En mi ponencia, retomé unas palabras proféticas de Mons. Romero pronunciadas en su discurso de Lovaina, cuando recibía su título de doctor honoris causa (2 de febrero de 1980). "La esperanza que predicamos a los pobres está destinada a devolverles su dignidad y a darles valor para ser ellos mismos artesanos de su propio destino". "Han perseguido y atacado a esta parte de la Iglesia que se puso del lado del pueblo pobre y tomó su defensa". "Sólo desde los pobres la Iglesia podrá existir para todos". En su homilía del 17 de febrero de 1980, entrega su experiencia que es de alguna manera su testamento. "Un Iglesia que no se une a los pobres para denunciar, a partir de ellos, las injusticias que padecen, no es la verdadera Iglesia de Jesucristo". "La Iglesia no se honra a sí misma manteniendo buenas relaciones con los poderosos. El honor de la Iglesia, es que los pobres la sientan como suya". El 24 de marzo de 1980, Monseñor Romero caía
bajo las balas de los militares mientras celebraba la misa. Nadie
puede acallar la voz de la justicia. Su sangre es una simiente
de libertad. Yo me reconozco en su mensaje que se vive tanto
en Brujas como en Partenia. Una Liturgia insólita En Saint Dizier, mi ciudad natal, habían previsto celebrar una misa. Una misa que no había sido preparada estrictamente, lo cual favorecía la flexibilidad y una parte de imprevisto. Era imposible no ver que todos llegaban con sus emociones, los latidos de su corazón, sus heridas, sus luchas. Un soplo de libertad pasaba por esta asamblea. ¡Momento tan infrecuente en nuestras liturgias! La palabra brotaba, imprevista, alumbrando otras palabras, como la llama de un cirio que se comunica a otros. El Evangelio era pan en la mesa: nutritivo. El Evangelio cobraba vida al cobrar rostro humano. Rodeado de mis hermanos curas, miraba a esta asamblea con
alegría y dando gracias: Cristo estaba ahí en medio
de ella, como el árbol de vida sobre el que cada uno y
cada una venía a injertarse para dar fruto.
Iraníes en la resistencia Tres de ellos me "raptaron" en pleno París para transportarme a su guarida. Después de una hora de coche, me introdujeron en un campamento apartado de las miradas de la policía que vigila permanentemente estos lugares. Considero un privilegio el hecho de poder penetrar en este santuario. El responsable me acogió con alegría. Yo le escuché con interés hablarme de su país, por el que guarda pasión. Luego pasamos al comedor donde la comida siempre es comunitaria. Unos treinta hombres y mujeres me esperaban. Reconocí la mayoría de los rostros. ¿Acaso no son los que tantas veces vi a lo largo de estos últimos quince años? Todos tienen familiares encarcelados, torturados, asesinados o desaparecidos. Esperan que después de la dictadura de los Molás venga un régimen laico y democrático. No pasa un solo día sin que se acuerden de Irán. Con determinación, continúan la resistencia
en contacto con la diáspora internacional, apoyándose
mutuamente para que no desfallezca el valor de confiar en el
futuro.
Bajo las ventanas de la Embajada En cuanto fue dada a conocer la noticia de la posible participación de un partido de extrema derecha en el gobierno austriaco, se celebró una concentración delante de la embajada de Austria en París. Éramos pocos y no teníamos medios de comunicación. Pero lo importante era estar allí, ser recibidos por el embajador, comunicarle nuestras protestas para que las transmitiese. Lo cual se hizo de inmediato. El embajador recibió nuestra delegación durante una hora. Este hombre, me parecía, estaba herido por los acontecimientos políticos de su país. No le gustaba que se calificara el partido de Haider como de extrema derecha. Es un "partido populista", decía. Tenía la convicción de que las medidas anunciadas por la Unión Europea no lograrían el objetivo buscado y servirían los intereses del partido de Haider: "dejemos que el gobierno demuestre lo que sabe hacer". Por lo contrario, nosotros pensábamos que la ingerencia política de Europa estaba justificada e incluso constituía un hito. |
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