carnet de route
 
En la cuenca minera de Gafsa  
Movilización para Salah Hamouri  
Primer ensayo atómico francés  
Ingresado en la clínica  
   
   
En la cuenca minera de Gafsa  
   
Junto con una delegación, llegamos a Túnez capital. En coche, nos dirigimos hacia el sur hasta Gafsa, la puerta del desierto. Al día siguiente, me siento afortunado por ir a Redeyef, la ciudad rebelde de la que tantas veces he oído hablar y que es el escenario, desde comienzos del año, de unas revueltas duramente reprimidas.  
   
La región es rica en fosfato pero no le aprovecha a la población, exceptuando a los que están arrimados al poder. La gente, movida por la miseria, no tiene nada que perder. El desempleo es masivo. El gran reto del régimen tunecino es atacar a los defensores de los derechos humanos. Aquí no se trata de terrorismo.
bassin minier de Gafsa
 
   
La policía nos sigue a todas partes pero nos deja hacer lo que queremos. Las barreras policiales se traspasan sin dificultad. Parece ser que poder entrar en Redeyef es toda una hazaña porque se encuentra cortada del resto del mundo.  
   
mères courageurses Vinimos a manifestar nuestra solidaridad a los detenidos de la cuenca minera cuyo juicio va a empezar. La población se alegra de vernos entre ella y con ella. Sabe que existe una solidaridad internacional. Lo que me impresiona, por encima de todo, son las mujeres que tienen a un hijo o un marido encarcelado. A una de ellas, una bala de la policía le mató a su hijo de 22 años en junio pasado.
 
   
Estas mujeres, con su dignidad rebelde, me recuerdan a las valientes Madres de la Plaza de Mayo en Argentina, en tiempos de la dictadura. Cada semana, se congregaban en la Plaza de Mayo frente a la Casa Rosada, sede de la Presidencia de Buenos Aires para enterarse de la suerte que habían sufrido los desaparecidos.
Todo el mundo espera el juicio. Todo indica que largas penas serán pronunciadas. El modo de proceder del régimen tunecino es la represión.
Un régimen que se beneficia del apoyo de la Unión Europea y sobre todo de Francia.
En cuanto a los medios de comunicación, guardan silencio, extrañamente.
 
   
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Movilización para Salah Hamouri  
   
Como pertenezco al comité de apadrinamiento de Salah Hamouri, participo en la rueda de prensa organizada en el Senado.  
   
Salah Hamouri Salah tiene 23 años. Es franco-palestino. Nació en Jerusalén, de madre francesa, profesor de francés, y de un palestino, restaurador en Jerusalén-Este.
 
   
Salah fue escolarizado en los "Hermanos de Lasalle" de Jerusalén-Este. Hizo una carrera de sociología en la famosa Universidad de Belén. En marzo de 2005, fue detenido mientras se dirigía a Ramala. Un mes después de su detención, su familia se entera por la prensa que se le acusa de participar en un complot con otros dos jóvenes contra el rabino Ovadia Yosef, jefe espiritual del partido religioso de extrema derecha, el SHAS, con motivo de que habían pasado en coche delante del domicilio de éste.
Al término de tres años de cárcel, Salah fue sometido a un chantaje despreciable que consistía en forzarle a « declararse culpable » so pena de verse infligir una pena de prisión superior a 7 años.
Es rehén de la ocupación israelí que juzga a quienes oprime.
Hoy, Salah Hamouri está en una cárcel de Galilea, en Gilboa, en el Norte de Israel.
 
   
A pesar de todas las diligencias realizadas y las firmes promesas prodigadas, no se mueve nada. El caso Salah Hamouri da lugar a un silencio ensordecedor.
La mamá de Salah me escribió. Para ella es un consuelo saber que defiendo a su hijo.
réconfort
 
   
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Primer ensayo atómico francés  
   
essai atomique Fue el 13 de febrero de 1960 a las 7:04 horas, en el Sahara argelino, al sur de Reggane. Este primer ensayo en la atmósfera, llamado «Gerboise bleue» (jerbo azul), fue cuatro veces más potente que Hiroshima.
 
   
Me invitaron al estreno de la película de Djamel Ouahab, titulada «Gerboise bleue». Narra la historia de los militares franceses y de los tuaregs argelinos, víctimas de los primeros ensayos atómicos franceses en el Sahara de 1960 a 1966. Los últimos supervivientes dan testimonio de su lucha para el reconocimiento de sus enfermedades y revelan en qué condiciones se desarrollaron realmente las detonaciones.
Djamel Ouahab, un joven argelino, hizo una película documental que me parece magnífica. Pone en escena unos hombres unidos en la adversidad, golpeados por la Historia. Hombres que sin embargo nos hablan de paz, de solidaridad y de perdón.
Los jóvenes franceses que fueron al servicio militar no estaban al tanto de nada. Sirvieron de conejillos de indias. Uno de ellos tiene el rostro completamente desfigurado. Hoy se sienten traicionados y abandonados por Francia.
Unos tuaregs, desprovistos de toda información, estuvieron mirando, sin percatarse, la intensa luz producida por el primer ensayo. Se quedaron ciegos.
 
   
Las poblaciones de los oasis son gente sencilla, digna, altiva. Sufren rodeados de la más completa indiferencia y se sienten víctimas de una profunda injusticia.
Touaregs
 
   
Franceses y argelinos son hombres heridos por la Historia. Sufrieron, del mismo modo, la incuria de los políticos.
Pero el mismo y trágico destino de la radiactividad les une. Un lazo íntimo que une a Francia y Argelia para siempre.
 
   
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Ingresado en la clínica  
   
Es una experiencia que les toca vivir a muchos un día u otro en su vida.
Me operaron de un cáncer de intestino y me sometí de buen grado a los diferentes ritos de la preparación. Por otra parte ¡no tenía elección! De entre los que intervinieron en la operación, me impresiona el anestesista que tiene el poder de dormirme y de despertarme. ¡Es mágico!
Estuve en reanimación y rodeado de tubos que me hacen dependiente de los demás, y fui conociendo, de día tanto como de noche, al personal médico al que aprecio mucho.
La experiencia del Apóstol Pablo, descrita en su segunda carta a los Corintios aporta mucha luz a mi situación:
« ¿Pasamos dificultades? Es para consuelo vuestro. ¿Somos consolados? Es para consuelo vuestro»
Los sufrimientos de Cristo en nosotros son fuente de consuelo.
¡Qué maravillosa enseñanza!
«Dios nos consuela en todas nuestras tribulaciones, par hacernos capaces de consolar a todos los que pasan tribulaciones… »
 
   
El cirujano pasa a verme todas las mañanas. Está muy satisfecho de la operación. El cáncer no va a ir adelante y no se necesita ningún tratamiento complementario.
satisfait de l'opération
 
   
De momento, me aconseja que camine. Así que, camino por los pasillos de la clínica y voy conociendo al personal que viene de Guadalupe, Martinica, Malí, Laos…
Aún me queda un poco de tiempo y abandonaré los pasillos de la clínica para volver por fin, lo cual está mucho mejor, a las calles de París.