carnet de route
 
Cuadernos de viaje  
   
Guyane Invitado por el obispo de Cayena, me fui por primera vez a Guayana, situada a 7000 Km. de Francia. Era Nochebuena, en época de la estación lluviosa. ¡Guayana es un vasto departamento de 91 000 Km² con unos escasos 200 000 habitantes! Un clima ecuatorial, muy húmedo. El índice de humedad ronda los 90%.
 
   
Lo que primero me llamó la atención fue el bosque ecuatorial, inmenso y frágil.
fôret équatoriale
 
   
Un pequeño avión, el único medio de locomoción para ir al pueblo de Saül, me permitió vivir tres días en el corazón de la selva amazónica con el obispo de Cayena que no teme en adentrarse, hacia los pueblos más remotos. Al bajar del avión, un joven granjero nos llevó en su tractor. Siguiendo una pista muy accidentada. Llegamos hasta una granja perdida en la selva. ¡Había mosquitos pero todos los que me picaron se murieron!
Al cabo de la noche que pasé en una hamaca, el granjero, su mujer y sus dos hijos nos llevaron a la selva densa y húmeda. Es otro universo, el de la biodiversidad. Había allí algo mágico. Todo me interesaba.
 
   
chercher l'or Unos clandestinos, en su mayoría brasileños, vienen a buscar oro al lecho de los ríos. El mercurio, de efectos tóxicos, se utiliza abundantemente. El agua está contaminada. Se necesita deforestar. Los efectos catastróficos tanto sobre el medio ambiente como sobre la salud se denuncian con regularidad pero sin resultados aparentes.
 
   
La población se encuentra en las zonas costeras. Y entre ella hay muchos jóvenes, llenos de vida y de talentos. Me quedé impresionado por esa juventud que es una baza considerable para el futuro del país. Sin embargo, dos plagas pesan sobre ella: la droga y el desempleo.
Esta población se me apareció como un mosaico de comunidades sin muchos lazos entre ellas: los criollos, mayoritarios en Guayana, antiguos esclavos procedentes de África. Los amerindios, desde el punto de vista histórico, fueron los primeros pobladores de la Guayana, pero no son muy numerosos.
 
   
Asiáticos, sobre todo chinos que poseen casi la totalidad de las tiendas de ultramarinos, Hmongs, refugiados de Laos y acogidos en Guayana en 1970, brasileños, haitianos, dominicanos, surinameses… sin olvidar a los franceses, en especial en Curú, base de lanzamiento del cohete Ariane. Después de la biodiversidad de la selva tenemos la diversidad de lenguas, de culturas, de tradiciones.
mosaïque
 
   
célébrer la messe Celebré la misa del gallo en la capilla de una aldea amerindia. Cuando llegué estaban todos ahí: dignos, reservados, con sus trajes de fiesta y acompañados de sus maravillosos niños.
En una aldea Hmong, participé a la fiesta del año nuevo. Muchos jóvenes se habían congregado. Admiré aquellos bailes y esa música desconocidos para mí.
 
   
En Paramaribo, capital de Surinam, se celebró la reunión de los obispos. Fue la ocasión de descubrir ese país pobre y de ir al encuentro de un pueblo entrañable.
Mi estancia se terminó con el retiro de sacerdotes que animé. Algunos son naturales de Guayana. La mayoría vienen de Nigeria, de Camerún y de Haití. Me acogieron muy fraternalmente.